Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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martes, 15 de febrero de 2011

Formas de amar

Al final ayer no os hablé de San Valentín. Podía haber recurrido a la disertación típica -mercantilismo, romanticismo- o desempolvar unos viejos versos, o lamentarme de que de nuevo me quedo sin cena japonesa (los concursos de Mel no enganchan nada).
Pero de pronto, desde hace unos días San Valentín dejó de preocuparme. Lo oí en la radio, no iba conmigo. No me ensombreció ningún instante. No pensé que ese día me dejaba "fuera de sitio" (no tuve que tachar el día de estrategia comercial -eso nunca lo hago, me parece cínico-, ni autolamentarme desempolvando viejos versos, ni ver acabar el día mientras en mi interior moría la ilusión de recibir un ramito de violetas, nanana, nanana, nana nana, nana...).
Pero bueno, que yo no iba por ahí. Que lo que os quería contar es que sin pensar en el amor, precisamente ayer abrí una carta, de las que periódicamente me envía la fundación Mapfre, que llevaba varios días encima de mi mesa. En ella anunciaban un ciclo de tres conferencias bajo el título común "Encuentros con la filosofía: formas de amar". Miré el díptico y lo volví a dejar en la mesa.
Hoy yendo hacia el trabajo una de mis neuronas se ha iluminado y ha decidido que esta tarde acudiría a la primera de esas conferencias. He vuelto a casa, he indagado en Internet sobre el ponente, Javier Sádaba, y le he confirmado a mi neurona aventurera que iría con ella a la conferencia.
Así que allá me he ido, con la alegría de haber iniciado mi nueva vida de activismo cultural, que siempre estoy retrasando. He llegado a la sala en el preciso instante de hacerme con uno de los tres escasos asientos vacíos que quedaban. Me he sentado y he mirado a mi alrededor, para familiarizarme con el tipo de público que acude a estos eventos: mayoría de veteranos, pero en general muy variado.
Como Mel me tiene muy influenciada con su vertiente mística, pensé que el título de su charla "El amor y sus formas" encerraba un concepto del amor más general. Pero no, Javier Sádaba nos ha hablado del amor-amor, del amor pasión. Muy resumidito, dado el tiempo escaso y muy esbozadito. No he sacado mi cuaderno viajero, he preferido ser todo ojos y oídos, además os confieso que todavía sufro bloqueos al escribir con una persona sentada en la butaca de al lado.
De lo dicho, os trasmito:
Que el amor es el corazón del mundo.
Que ante el desamor hay dos herramientas: 1. el tiempo -que no depende de nosotros- y va acompañado del olvido y 2. el sentido del humor.
Que el intercambio de roles entre hombres y mujeres puede convertirse en una experiencia muy enriquecedora.
Que además de hormonas, también somos cultura (me ha encantado esta contestación a un hombre que educadamente exponía el viejo argumento de que el hombre es más promiscuo porque genéticamente está hecho para conquistar y la mujer para ser conquistada)
Y muchas cosas más que seguro os contará mejor el propio filósofo en su libro: "El amor y sus formas: claves para entender el pensamiento más universal".
Yo por mi parte estoy planteándome entregarme mañana al "Dolor y desamor", esta vez con Julio Zarco, en el mismo lugar y a la misma hora. ¿O pasado mañana al "Amor a la humanidad" con Manuel Fraijó? No sé, ya os cuento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias pequeña buda.
Te acompaño en el desamor.