Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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jueves, 23 de octubre de 2014

¿PFA o PIFIA?


Hoy, desde uno de mis grupos WhatsApp más activos recibí este enlace que termina augurando el cese del director de la Agencia de Empleo de este nuestro Ayuntamiento. Como contratada actualmente a través de un PFA, hay algunas cosas que no me han parecido nuevas, sobre otras no pondría la mano en el fuego, pues no sé si son verdad o si se trata de la típica magnificación fruto de la exaltación y la autosatisfacción del descubridor del escándalo; o una venganza de los sindicatos que parece que desde hace tiempo tienen vetada su participación en la selección.

Tratando de ser objetiva os expondré la realidad de mi PFA. Pero ¿Qué es un PFA? os preguntaréis algunos, las siglas corresponden a Programa de Formación en Alternancia, nombre que denomina un programa integrado por dos meses de formación y cuatro en un centro de trabajo del Ayuntamiento, en total, un contrato temporal de seis meses con la Agencia para el Empleo como parte contratante. La temática de estos PFA es diferente; como habréis leído en la noticia de El Mundo, el que ha sido denunciado era de habilidades profesionales de comunicación; al que pertenezco yo se llama técnicas básicas de oficina.

Ya os digo que no sé si será verdad que en el primero la gente fue elegida a dedo. En el que me ocupa os puedo asegurar que las 15 personas integrantes de mi grupo llegamos allí previa inscripción en nuestras respectivas agencias de zona; y que todos cumplíamos los requisitos: ser parados de larga duración y no cobrar ninguna prestación en el momento de pedirlo; además de que 14 somos mujeres y el número 15 un hombre con grado de minusvalía evidente y reconocido, así que para más inri, somos lo que se denomina "colectivos en desventaja".

En nuestro caso sí se han cumplido las horas de formación indicadas en el programa y los puestos asignados, al margen de que puedan ser más o menos interesantes, tienen relación con el contenido de la formación: es un curso de técnicas de oficina y trabajamos como auxiliares administrativos, en la práctica, claro. Y digo en la práctica, porque en nuestro contrato, al igual que en el del curso denunciado se indica que somos peones PFA y el sueldo es el mismo fortunón del que habla el periodista. ¿Qué es un peón PFA?, pues no lo sé, lo único que sé es que hace un par de meses me llegó uno de esos informes de vida laboral que el Ministerio envía de vez en cuando y mi sorpresa fue mayúscula al ver que la categoría figura allí como Peón de recogida de residuos sólidos no contaminantes. ¡Toma Geroma, pastillas de goma! Lo que desde entonces me hace preguntarme si trabajar de administrativo con un contrato de operario de limpieza es ilegal, o al menos alegal, tal vez esta noticia me ayude a aclarar mis dudas.

Y sí, es una pena que la Agencia para el Empleo, qué ironía, se busque triquiñuelas de ese calibre para pagar sueldos más bajos. Como también es una pena que decisiones de este tipo salpiquen a los trabajadores de la agencia, pues tanto mi técnico de empleo, como la monitora del curso o las coordinadoras del mismo son trabajadores serios y profesionales que realizan su trabajo de la mejor manera posible. Y lo que es una pena total es que siempre haya alguien que la pifie cuando se trata de programas de empleo.

Está claro que nuestras administraciones aún no han encontrado una fórmula eficaz para que los agraciados con un curso o un programa de empleo encuentren en este una herramienta eficaz de reincorporación al mundo laboral (pienso que las propuestas deberían hacerse estudiando las verdaderas posibilidades y necesidades del mercado, pero eso es otra historia). Este programa, al menos, ofrece a algunos parados un respirito de unos meses en el desolador panorama actual. Esperemos que el descubrimiento de estas malas prácticas, en lugar de cuestionar su existencia, sirvan para mejorar las condiciones de los contratos ofrecidos.