Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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domingo, 31 de marzo de 2013

El misterio de la lechuga II Parte (+18)


Pues sí, la noche está siendo larga. Me levanto a por la segunda ronda de botellines, Mel sigue vigilando su móvil. Con esta economía de medio pelo que seguimos teniendo, últimamente practicamos el cubo. Algo parecido a aquel "fondo común veinte duros" de nuestros tiempos de adolescentes. Cual milagro de los panes y los peces una o dos aportaciones al fondo se estiraban para toda la tarde, cubriendo las necesidades de una media de veinte personas. Supongo que el sector masculino saldría más beneficiado, pero nadie tuvo jamás queja de nada. ¿Se puede decir esto en la red o se puede considerar incitación a la bebida? Sea como sea, os aviso que esto es un post para mayores de 18.

Polémicas aparte, vuelvo a nuestro tête a tête, cubo de por medio. Melinda lleva toda la noche interrumpiendo las conversaciones para mirar el guasap. Como no me hace ni caso me dedico a contarle las estupideces y las mentiras más absurdas que se me ocurren. Por ejemplo, que la vecina del tercero se lió una noche con el panadero de la esquina. La vecina del tercero es la típica tía espectacular y perfecta, tanto que además nos cae bien, es un encanto. Pero sé que a Mel se le quedará la historia grabada en el subconsciente y cualquier día volverá a ella, sin saber quién se la contó. Entonces me la relatará a mí, adornada con más detalles y en el fondo se alegrará de saber que la perfecta vecina del tercero también tiene secretos terribles que callar. El panadero de la esquina es sucio y desagradable, cada vez que entra una tía en su tienda la mira con cara de asqueroso, luce manchas de grasa por toda la pechera y le salen pelos a borbotones por ambas orejas. Nosotras solo compramos ahí si es indispensable y no queda más remedio, es el típico sitio con horarios impensables, y solo cosas envasadas.

Pero otra vez me voy por los cerros de Úbeda, y es que Melinda y su móvil me están poniendo nerviosa... Lo mira cada vez en intervalos más cortos, lo sé porque he decidido cronometrarlo. Aunque acaban de entrar tres tíos que no están nada mal y me he despistado del cómputo estadístico. Me doy cuenta de ello cuando Mel exclama.

"Noticias. ¡Qué emoción! Espero que haya descubierto algo"
"¿Qué te dice?"
Churri: Hola :)
Mel me mira con cara de idiota "Quéeee mono".

Decido ni contestarle, total Mel está disparada y dispuesta a retransmitirme toda la conversación.
Mel: Hola guapo. ¿Algo nuevo?"

¿Será guapo de verdad? Me pregunto. Con ese rollo de que es detective privado se ha negado a enseñarme ninguna foto. En la ventanita del guasap tiene un interrogante, qué tipo tan misterioso me digo. La observo, se podría hacer un verdadero estudio sociológico con ella. Es curioso, las nuevas tecnologías nos dejan expuestos al ridículo más espantoso. Mel se queda muda, con una sonrisa boba en su cara, mirando la pantalla 1, 2, 3, 4, 5, 6.... ¡hasta treinta segundos y sin pestañear! Entonces suena un BIP.

Churri: "No, nada nuevo...
tomo café y vigilo..."

Melinda me lee los mensajes, alzando las cejas, como si estuviese en contacto con Tom Cruise mientras se desliza por la cuerda cabeza abajo en alguna misión imposible.
Mel: ¿Ha desaparecido más lechuga?

Cualquiera que lea los mensajes de Mel flipa.
Churri: La verdad que yo estoy pensando más en fruta...

"Oh, han descubierto más desfalcos" Me dice Mel abriendo los ojos como platos
Mel: ¿Sí?
Churri: Sí, en un par de melocotones jugosos que agarrar con mis manos...

???? ¡No me lo puedo creer! Mel sigue en su movida detectivesca, "Dios mío, se llevan las piezas de fruta a pares."

Churri: la verdad que de solo pensar en ellos me está entrando hambre...
mordeeeerrrlos
Mel: Pobrecito, si yo estuviera allí te prepararía una buena cena
Churri: en eso estaba pensando, en el postre :O

"Qué gracioso" Mel sigue leyéndome los mensajes como si tal cosa. Yo flipo...
Churri: tengo para ti un pláta...

Mel se interrumpe levanta la cara, me mira, abre los ojos. "Creo que ha llegado la hora de que nos vayamos." Está colorada, le miro con cara de evidencia y muevo la cabeza en señal de asentimiento. Creo que prefiere seguir la conversación a solas...

Esta tecnología, nos está volviendo locos...

martes, 26 de marzo de 2013

El misterio de la lechuga desaparecida. ¿Parte I?


Me encuentro con Mel en nuestro café preferido. Como somos volubles, cambiantes y mutamos cual pokemon, también cambiamos de bares con el tiempo.

"He conocido a alguien" me dice Mel con cara de misteriosa.
¡Vaya hombre! me digo y no sé si alegrarme por ella o echarme a temblar por mí, ¡Mel de nuevo en brazos de Cupido!
"¿Y cómo se llama?"
"No te lo puedo decir", me responde.
¡Alerta! me dicen mis neuronas, aquí hay tomate. "¿Y eso?"
"Es que es detective privado", responde en un susurro, acercando exageradamente su cara a la mía.
"Bueno, hija, por darme su nombre no creo que vayas a destrozar su identidad secreta"
"Ummm" suspira, como si tuviese en sus manos los auténticos libros B de algún partido político y luchase entre el lucro de entregarlos a la prensa o la lealtad al líder. Opta por la versión garganta profunda: "Yo le llamo Churri".
"Mira qué original" le digo "¿Y?"
"Nada, genial, es superemocionante ser amante del riesgo..."
(?????)
"... La verdad que no nos vemos mucho, porque ahora mismo se encuentra inmerso en una investigación. Es un caso apasionantes, en el que todo apunta a qué está metida la mafia china."
"¡Nada menos!" Exclamo, decidida a disfrutar de la historia tanto como ella. Escuchar una historia rocambolesca desde el escepticismo es quitarle toda la gracia.
"Todo esto es secreto secretísimo, Maru." Me dice preocupada como si fuera Julia Roberts en los últimos minutos de una película de intriga. La verdad que le sienta bien el papel, está guapa, claro que igual son las endorfinas, liberadas por la actividad sexual o... imaginativa, es Mel, quién sabe...
"¡Por favor, Mel!" Me hago la ofendida. "Si yo soy una tumba" (Abierta, me imagino que piensa, pero cuando Mel se entusiasma no hay quién la pare)
"Pues mira, ahora se ha infiltrado en la empresa de distribución de una conocidíiiiiisima cadena de restaurantes". Aquí vuelve a poner cara de tener un gran secreto en su poder.
"¿Y eso?"
"Sustracción alimentaria, sin duda". Me dice, con el mismo tono con que su jefa le dice a un paciente: su perro padece una ehrlichiosis canina.
"Ahhhh" replico en plan recurso discursivo.
"Mira, todo empezó por la denuncia de un cliente obsesivo compulsivo. El tipo comenzó a notar que su ensalada cesar incluía una media de cinco trozos de lechuga, cuatro croutons y tres trozos de pollo menos. Para afirmar eso se basaba en una observación empírica de cuatro semanas, teniendo en cuenta que él acude tres días de la semana al mismo restaurante de la cadena y que siempre consume lo mismo. El cliente puso una queja por alza de precios encubierta. Pero en esa ocasión la empresa no había intervenido, así que decidieron estudiar qué era lo que pasaba."
"Apasionante" articulo pensando totalmente lo contrario "y aquí es donde entra Chu... quiero decir, tu chico."
"Exacto. Ahora mismo le acabo de dejar camino del turno de noche, se hace pasar por mozo de almacén y mientras trabaja vigila las cámaras frigoríficas para que nadie sustraiga lechuga ilegalmente..."
"Ya, espera que voy a pedir un par de cañas, la noche va a ser larga."
"No lo dudes." Me responde Mel sonriente, mientras coloca el móvil encima de la mesa y vigila con devoción si su héroe le envía algún mensaje por WhatsApp (¿Bendita tecnología?).

Madre de Dios, me digo a mí misma mientras me acerco a la barra sacudiendo la cabeza.

jueves, 21 de marzo de 2013

He vuelto


Me vestí ayer por la mañana, día en que oficialmente empezaba la primavera, (aunque de toda la vida para mí la primavera empieza el 21) para ir a correr. Me acerqué a mi parque favorito. Entré en su dimensión mágica y me abandoné. Últimamente me cuesta mucho darme impulso para la carrerita. Nunca he tenido un fondo digno de mención, la verdad. Así que me agarré a la excusa y me dije, por que yo lo valgo. ¡Paseíto al canto!

Estaba el Retiro lleno de luz, algunos árboles ya lucen flores. Desenchufé la música del móvil y lo usé como cámara, para dejar una instantánea cualquiera colgada en este blog.

No sé si a vosotros os pasa, pero hay momentos de mi vida en que asumo la plena conciencia de mi ser, disfruto del entorno, estoy abierta a las oportunidades y me siento llena de energía. Soy más yo que nunca y la vida me devuelve más que nunca.

El cosmos me sigue mandando regalos, en forma de cursos, en forma de personas, en forma de momentos. Yo los recojo, pero ahora además cojo fuerzas, ideo e intento materializar, poco a poco.

Ser consciente de uno mismo es el primer paso para volver a mirarse y por ende mimarse. Sacudíos la rutina, dad gracias a aquél o aquello en quién creáis y si no creéis aunque sea en una bola energética o en Songoku, dad gracias a la vida, simplemente. Cerrad los ojos y sed conscientes de vosotros, de cada uno de los poros de vuestro cuerpo.

Y si se os hace difícil daos una vuelta mágica por el Retiro, o por cualquier otro parque o lugar encantado que tengáis cerca. ¡La primavera ha llegado! ¡Llenaos de energía!

domingo, 17 de marzo de 2013

Sopesando...


De la forma más tonta
se chocaron,
sus cuerpos iniciaron un
baile improvisado
mirándose a los ojos,
sopesando.
Como dos animales
se tantean
en el primer instante
del encuentro,
dieron diez vueltas
alrededor de un círculo
el corazón latiendo,
el cerebro en alerta.
Mutilada en batallas
de otro tiempo
ella, la guerrera romana
paró el baile,
se quitó la coraza
que pesaba
y decidió dejar su pecho
expuesto.
Él la miró,
dibujó una sonrisa inescrutable
y se acercó,
con la mano extendida.
Era una tarde cálida
entre encinas...

Jiji, suena cursi, lo sé,
pero las musas me han despertado hoy
muy de mañana,
me han dictado al oído,
me han agarrado el pelo
y me han gritado:
levanta de una vez y sube la persiana.
¡Feliz día de San Patricio!

martes, 12 de marzo de 2013

Marzo marcea y a mí me falta algo...


Qué casualidad ¿no? Que desde hace unas semanas me encuentre así, más débil, un poco flojilla y un poquillo triste. Ayer que era una fecha trágica se me hicieron presentes las sombras de la malvada coincidencia. Recordé esa mañana subiendo hacia el trabajo, oyendo la radio, esas noticias disparatadas y confusas, como poco a poco el desconcierto fue dejando paso a la tristeza, una tristeza honda y tan profunda. ¿Casualidades? Hacia el medio día noté que se me desvanecían los sentidos, me quité los cascos, me agarré a mi silla y comuniqué a las personas que tenía más cerca que me mareaba, me quede sin fuerzas, triste, indefensa... me bajaron una coca-cola y me recuperé, unas horas más tarde nos enteramos que para algunos de nosotros la pérdida se habría convertido ya en el 12-M o el 13-M, si te digo la verdad no estoy segura de qué día te fuiste exactamente.

Pelona peleona (hay una página de facebook que se llama así ¿sabes?), cómo te sigo echando de menos desde entonces, lo sabes, sé que escuchas esas conversaciones que tengo contigo de vez en cuando,  disfrutas cada vez que se me escapa una sonrisa recordando momentos de tu vida que son parte de la mía, ¿te acuerdas cuando nos pasábamos las mañanas enteras sentadas en la mesa redonda y blanca de tu casa contando el número de intentonas hasta que conseguías ponerte tus recién estrenadas lentillas?, ¿del mago Pirulón?, ¿de las primeras cañas a escondidas?. Ya sabes que a veces me regaño cuando el miedo me frena o cuando se me caen las gafas de disfrutona, de atrevida, de ver el lado bueno de las cosas, esas que tú llevabas con tanto estilo, sabes que me regaño y me enfurezco y me agarro a tu recuerdo, me digo se lo debo. Cuantas veces me has servido de inspiración y cuantas seguirás haciéndolo.

No, pero no te preocupes, ya sabes que esta morriñilla se me pasa y aunque empezamos con Marzo torcidillo nos vamos enderezando. Tu recuerdo pasa pronto de la tristeza a la alegría, porque así lo hubieras querido tú, muerta de risa, con el dedo entablillado y la mano hacia arriba, agarradita a mí y posando para esa foto que tengo guardada en un albúm y grabada en la memoria. Queridiña mía, seguimos en contacto...

jueves, 7 de marzo de 2013

Semblanzas de mujeres admirables III: La mujer de hierro

Foto de la expo El hilo de
Ariadna, en Casa del Lector

La mujer de hierro regala sonrisas férreas y huecas. Hace tiempo alguien le dijo ¿o se lo dijo ella? que hay que ser recia, dura y resistente. Así que la mujer de hierro aprieta los puños, tensa las mandíbulas, camina erguida y se dice que ella puede con todo. La vida es maravillosamente dulce y narcotizante si te proteges.

Pero un día empezó a sentirse débil, cansada, las fuerzas comenzaron a escapársele a golpe de lágrimas, tanto, que se empezó a oxidar. Unos análisis rutinarios le revelaron que sus niveles de ferritina no eran los de antes. Aliviada de tener un motivo para aflojar los puños se relajo y decidió fluir. Lo que fluyeron fueron las lágrimas, lágrimas, lágrimas... y mientras las articulaciones se aflojaron.

Con las extremidades caídas hacia el suelo se sintió marioneta y se encontró un Pinocho. Miénteme, miénteme solo un rato, le dijo, abrázame y hazme creer que soy dulce, que quiero y que me quieres. La mujer de hierro se sintió mantequilla por un día. La vida es maravillosamente dulce y sensual si decides aflojar los puños.

lunes, 4 de marzo de 2013

Cuando fuimos dos


Cesar y Eloy se querían. Puede ser que aún se quieran, o quizás ya no. Quién sabe. Lo que está claro es que la cosa no ha funcionado y ahora toca desmontar esa casa compartida y seguir cada uno por su lado. Pero es difícil. En cada rincón, en cada objeto acecha un recuerdo, un momento, una reproche, un por qué...

Cesar y Eloy son una pareja como cualquier otra. La suya una historia de amor que se acaba. Y el espectador un confidente privilegiado y empático. No es difícil identificar en la propia historia de cada uno alguna de las situaciones, reacciones, ilusiones, desengaños... que Cesar y Eloy nos relatan de manera espontánea, siguiendo el hilo de sus propios pensamientos.

Los actores, David Tortosa y Felipe Andrés, nos conducen con maestría desde el presente hacia el pasado y viceversa. Su actuación es de quitarse el sombrero, hacía años que no veía tanta naturalidad en escena y unos personajes tan creíbles, es cierto que un pelín arquetipos, pero eso para mi tiene su encanto. A mi manera de ver son un arquetipos bastante reales.

Desde mi ignorancia de espectadora de a pie, puedo apostar sin temor a equivocarme que el guión tiene fuerza y es bueno, la dirección también, los actores de nota y la puesta en escena impecable. Vamos, que no le encuentro defecto alguno.

Así que os animo a elegir esta obra para acercaros a El Sol de York y conocer esta nueva sala madrileña, fruto de la pasión y el trabajo de un grupo de locos por la escena con muchas ganas de poner cultura e ilusión en nuestras vidas.