Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

jueves, 25 de octubre de 2012

Elogio de lo sorprendente





“Dame todo tu odio en forma de moneda y lo reciclo. Lo voy a convertir en resaca esta noche.” Individuo vestido como un artista callejero cualquiera, es decir, normal y corriente. Una calavera de plástico sin cráneo en la mano, a modo de cuenquito.

Una frase absurda que te saca de tus pensamientos y te hace reír, sin pararte a pensar en el significado real de esas palabras. “Gracias guapa”, te dicen cuando parece que te alejas sin hacer caso del reclamo. En realidad todavía no te ha dado tiempo a pararte y desenfundar el monedero. Resalto aquí que la frase de agradecimiento también está estudiada. Ese guapa no tiene importancia semántica, pero sí contextual, ese guapa va dirigido a una persona joven, eh, ¡ahí te han tocado!

No hubiese hecho falta ese apoyo. La sorpresa y el humor de la primera frase “dame tu odio en forma de moneda y lo reciclo”, ya te ha hecho llevar la mano al bolso. Te paras, buscas algo suelto y lo echas en el macabro cuenco.
Te alejas, analizas la frase, literalmente le has dado una moneda a una persona que presupone que sientes algún tipo de odio y que además te dice que la va a invertir en bebidas alcohólicas. ¿Te sientes defraudada? Para nada. Me ha sorprendido. Ese tío es un estratega del marketing directo. En este mundo lleno de estímulos, la sorpresa se lleva la palma.

Una sorpresa positiva y contextualizada, claro. ¿Os imagináis que me encuentro al mismo individuo en uno de mis paseos solitarios por el campo? ¡Mon Dieu, qué susto! No quiero ni pensarlo.

martes, 23 de octubre de 2012

Paisajes


Saben Dios, mi madre, digo yo, y la gente que me conoce que soy una urbanita con alma de alondra. Sea lo que sea eso.
Mi vida se ha desarrollado sobre suelo asfaltado, me puedo perder por Madrid y no echar nada en falta. Es más, puedo pasear por mi ciudad imaginariamente, sin necesidad física de recorrer sus calles. Soy como un googlemaps de corte prehistórico. Así que no es raro que desde hace unos meses me sorprenda a mí misma preguntándome qué hace una chica como yo cogiendo un autobús todas las tardes camino de las montañas, y viceversa por las mañanas.
Tengo respuestas lógicas, estratégicas, históricas y sociológicas, más o menos absurdas. Pero la que más me gusta no está compuesta de palabras. Es el silencio lleno de significado que me invade cuando abro la ventana de mi cuarto y me encuentro un amanecer sobre las cumbres, o cuando de regreso levanto la mirada del libro y veo la silueta serrana cada vez más cerca.
No sé cuanto tiempo durará esto, pero mientras tanto merece la pena disfrutarlo.

viernes, 19 de octubre de 2012

Gauguin y otras dos más


Otras tres exposiciones, todas en el eje Prado-Recoletos.

El libro como... Si os apasionan los libros, si os arranca una sonrisa lo original, si disfrutáis con las sorpresas, si os gusta lo imaginativo. Pasaos por la Biblioteca Nacional. No solo por los libros expuestos, algunos verdaderas colecciones de arte, sobre todo por la forma en que la exposición está planteada. Hasta la "guía" es una sorpresa, que no se os olvide coger una.
BNE. Hasta el 13 de enero.

Y una vez que estéis allí, si os sobra tiempo, en la sala de al lado tenéis las fotografías de Juan Gyenes (1912-1995), fotógrafo de origen húngaro afincado en España. Retratos de personajes, de caché o de papel couché, de  los Reyes, Julio Iglesias, la Duquesa de Alba, Antonio el bailarín, Carmen Sevilla, Isabel Presley, Salvador Dali... Como curiosidad, la foto que se usó para los típicos sellos con la cara de Franco.
BNE. Hasta el 18 de noviembre.


Y a la que hay que ir, sin dudar: Gauguin y el viaje a lo exótico. No perdáis de vista la última parte del título. Además de disfrutar en directo de Gauguin -estar ante uno de sus cuadros supera cualquier expectativa- os encontraréis con una amplia muestra de obras, de diversos pintores, llenas de colorido e inspiradas en países exóticos.
Matisse, Paul Klee, Kandinsky, Emile Nolde, Franz Marc...
La última sala de la exposición la cierran obras de Matisse y una película rodada en 1930 en la Polinesia Francesa por un director expresionista alemán, F.W. Murnau. Unas imágenes que me hicieron pensar en lo "palurdos" que hemos sido siempre en el mundo occidental. En esa época estoy segura de que en Europa los nativos parecerían totalmente "primitivos". Ahora que nos hemos liberado del puritanismo y de mucha tontería te das cuenta de que son imágenes de gente que vive una vida sencilla, pero rica, en un lugar con una climatología envidiable.
Museo Thyssen-Bornemisza. Hasta el 13 de enero.

jueves, 18 de octubre de 2012

Cambio de chip




Copia, de una reproducción del Retrato de Igor Stravinsky de Picasso.

Sé que no es una maravilla, pero no está mal. Eso sí, os confesaré que tiene truco (varios):

. Es un ejercicio de un manual.
. Lo he pintado boca abajo (yo no, claro, el dibujo).
. La copia también estaba boca abajo.
. No he atendido al sentido del dibujo completo, sino que lo he ido copiando línea por línea. Es decir, mi objetivo era hacer caso omiso de que estaba dibujando una figura humana.

En teoría lo he realizado utilizando mi lado derecho del cerebro, mi lado intuitivo y no-verbal. El que, según la autora, se utiliza para dibujar.



No sé dónde me llevará este aprendizaje autodidacta. Ya os iré contando si es efectivo o no. El caso es que es curioso y entretenido, así que he decidido recomendaros el manual que estoy utilizando.
Una de mis últimas adquisiciones en la Isla Esmeralda, de la que no me arrepiento para nada: Dibujar usando el lado derecho del cerebro de Betty Edwards, al parecer todo un best seller desde los años 70.


¡Os prometo que me gustaría tener un par de horas más en el día para seguir haciendo cosas!


miércoles, 17 de octubre de 2012

¿Una rosa es una rosa?




Hace unos días, al salir de casa me encontré con este especímen de rosa común. Roja, grande y con los pétalos bien abiertos. Se esforzaba por alcanzar al ciprés de la puerta en su camino al cielo.
Imposible mirarla desde arriba. Nunca había visto un rosal tan alto, o al menos ninguno tan evidente como para quedar registrado en mi canon de plantas que pueden alcanzar cierta altura.
La imagen era hermosa, así que desenfundé mi smartphone y le hice una foto. "Grandes Esperanzas" fue el título que se me ocurrió para acompañarla escuetamente.
Hoy que la rescato, la miro y la remiro. La convierto en postal y se la dedico a todos aquellos que cada mañana se estiran, sin miedo al ridículo, para tocar un pedacito de cielo. Aunque las apariencias lo nieguen, las nubes no se hicieron solo para cipreses.

martes, 9 de octubre de 2012

Salvajes



La había descartado nada más vislumbrar el argumento. Pero entonces no contaba con que me apuntaría a un plan de cine esbozado por tres hombres. Salvajes. No había escapatoria.

La película comenzó y reconozco que me sorprendió. Es cierto que algún que otro seso sangrante salpica al espectador, pero no al nivel desmadrado que había imaginado. La trama te engancha y tiene sentido. Los tres jovenzuelos protagonistas, ella y ellos, son guapos a rabiar y su triángulo amoroso "idílico", además, la contrapuesta visión del negocio de ambos socios tiene su punto. Se puede decir que se establece un equilibrio entre los tres protagonistas y las tres estrellas consagradas que aparecen en la peli, con papeles importantes, pero en un segundo plano. Travolta discreto, pero cada día más atractivo, en el papel del poli corrupto un poco estúpido, o eso parece, Benicio del Toro, haciendo de malo malísimo, como no, y Salma Hayek al frente de la banda de traficantes mejicanos que la lían parda.

Dentro de lo que es el género todo iba bien. Hasta que Oliver se me marcó un final de principiante. No os lo voy a desmigar, pero Oliver, eso no se hace. Un director con tu trayectoria no puede recurrir a la típica sorpresa final que ya no sorprende porque es un truco más viejo que el TBO. Yo le quitaría esa parte, los diez minutos previos al cuarto de hora final (es aproximativo). Entonces os diría que había salido gratamente sorprendida dadas las expectativas que llevaba al llegar a la sala. ¿Qué os digo ahora? Pues que hagáis lo que queráis, que la película se deja ver y aunque sangrienta es simpática. Eso sí, si vais, decidme luego que os ha parecido el final…

miércoles, 3 de octubre de 2012

El paréntesis y algo más


Aquí te espero poniendo un huevo, que decía la gallina de Gloria Fuertes. Yo te digo que en este interín no paro, ejercito el bricolaje, la cocina, la lectura, la escritura, la pintura, el dibujo, lo que me pongan por delante. Camino por el prado y por asfalto y me sigo maravillando.

Mis pasos y apetencias me llevan, en diferentes días y por simple azar, de la librería La Central de la Fundación Mapfre al nuevo establecimiento que esta cadena ha abierto en Callao. Me encanta, pero como toda librería para mí es un lugar de perdición. Me gustaría tener tiempo para quedarme a encontrar los cien autores y dos personajes (creo) que hay escondidos en la sopa de letras del patio, os aseguro que el premio merece la pena. En lugar de eso reincido, me compro dos libros, uno de ellos un cómic. ¿Debería decir novela gráfica? Se titula Sangre de mi sangre, me encantan los dibujos, y el nombre de la autora Lola Lorente, me permiten autojustificar el gasto, como si se tratase de una señal. A pesar de su final triste no me arrepiento de la compra. (Premio autor revelación 2012 del Salón del Cómic de Barcelona, por cierto)

Como unas cosas llevan a otras, dos días después me acerco a la biblioteca de mi pueblo, me abro ficha y la estreno con los tres primeros cómics con los que tropiezo. El primero es un Manga realista –Estoy reventado, de Fukumitsu Shigeyuki- así que me ejercito en la lectura inversa, de atrás a delante y de derecha a izquierda, alabo también los dibujos, sin cogerle mucho al sentido a las historias cortas que no sé si son unidades aisladas o forman parte de un todo. ¿Seré viejuna?

Pero del que os quiero hablar es del segundo (el tercero me espera en la mesilla de noche). Se titula El paréntesis, la autora es Élodie Durand, y todo: dibujos, historia y forma de contarla me han cautivado. Tanto, que hasta se me han empañado los ojos. (Premio BD de los lectores del diario Libération y Premio autor revelación Angoulême, ambos 2011). Élodie relata una historia presumiblemente autobiográfica en la que la protagonista se enfrenta a un pequeño tumor que le hace tener ataques epilépticos y pérdidas de memoria. Es maravillosa la expresividad de las imágenes, la forma de explicar como esos aliens inmundos que son los tumores pueden “poseer” al dueño del cerebro en que se instalan. Os lo recomiendo, es una forma de conocer lo que se vive al otro lado.

;) querida B.!

lunes, 1 de octubre de 2012

Madrid me atrapa o El corazón "partío"




Amsterdam en Madrid
¿Donde si no?
El ying y el yang, lo positivo y lo negativo, lo masculino y lo femenino, la luz y la oscuridad, el sol y la luna… y además el campo o la ciudad. Que sí, que desde hace unos meses tengo el corazón “partío”. Me voy a la Capital y Madrid me absorbe, cualquiera que me viese pensaría que soy una visitante. Me meto en el metro y me fascina la variedad de gente que me encuentro. Mi mirada se pierde, cada dos metros descubro miles de propuestas en que emplear mi tiempo. Las posibilidades se multiplican, claro, porque Madrid no deja de ser mi ecosistema.

Por eso bajo un día y me quedo, me quedo y me quedo. Cualquier excusa me vale. Y entonces llega el momento de regresar a donde tengo la mitad de mi ropa, la mitad de mis libros, un “cuarto propio” en palabras de Virginia, un matrimonio inmobiliario no totalmente avenido y supongo que algo más. Pensar en dar la espalda al medio urbano me da pereza, miro el asfalto, el engañoso cielo azul de mi ciudad natal y me lleno los pulmones de auténtica contaminación madrileña.

Vs. Fauna no urbana
Pese a todo agarro el autobús y “me regreso” a la tranquilidad serrana. Aquí tengo aire puro, o más puro, montañas, una multitud de especies animales y vegetales que nunca había observado con tanta atención, una chimenea, una nevera con algo de comida, estrellas, una cafetera italiana, tranquilidad frente al teclado, un mando de televisión para mi sola… la verdad que también un montón de cosas.

Somos seres duales, de la cabeza a los pies, y eso no nos lo quita nadie, está claro.