Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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martes, 29 de octubre de 2019

Maridaje


Él tenía el amargor leve de una pinta de ipa. Era, más que frío, refrescante y, en el fondo, suave como la espuma de una Guinness recién tirada.

Ella era tirando a dulce, como el chocolate al 70 por ciento. En ocasiones, se le escapaba el porcentaje y derrapaba un poco hacia lo meloso.

¿Quién dijo que buscamos un espejo? Aunque parezca extraño, siempre tiene más misterio lo diferente. Polos opuestos se atraen.

Al principio, tras una de sus explosiones de azucar ella se quedaba extrañada, desedulcorada, por la falta de respuesta. Pero después recordó algo: maridaje. ¿Hay algo más exótico y estimulante que un sabor amargo suavizado con un toque de dulce o viceversa?

¿En qué consiste, en conseguir reacciones acordes a nuestro gusto o en valorar el sabor de las espontaneidad ajena? Maridaje, sin duda; el secreto siempre está en la salsa.


lunes, 21 de octubre de 2019

Llamadme Maru K.

Yo, que soy voluble y cambiante, y que parece que llego siempre tarde a todo, decidí por fin un buen día que había encontrado mi lugar en el mundo y que ese lugar estaba en un aula lleno de adolescentes. Así que, ni corta ni perezosa, pasaditos ya los 40 me lancé a estudiar el máster del profesorado, porque la docencia no entró en mis planes hasta entonces y no había sido tan previsora como para estudiar el antiguo CAP.

Durante y después de mi máster del profesorado en la especialidad de Lengua y Literatura me enfrasqué en mis libros de idem e idem para refrescar y aumentar mis conocimientos sobre la materia, de cara a las clases y de cara a las oposiciones.

Después de un par de años dando clases de apoyo aquí y allá, pluriempleada unas veces de docente, otras de administrativa y otras de redactora freelance, llegó el gran día en que entré en un aula oficial. ¡Bien! por fin me vi, después de tantos años, en una profesión estable, que me gustaba y ponía emoción en mi día a día. Porque ser profesora interina en un instituto de la Comunidad de Madrid catalogado como de difícil desempeño es emocionante, cambiante, quizás estresante, pero muy, muy gratificante.

Lo que no me pude imaginar es que después de un curso completo como profe me tocaría seguir mi peregrinaje laboral, esta vez con una luz en el horizonte para no peder el norte, eso sí.

Porque una mañana me presenté en la DAT-Sur, citada para coger plaza e iniciar mi segundo curso como profe de lengua, para seguir aprendiendo y seguir creciendo. Iba yo más feliz que una perdiz, cuando la funcionaria que tenía que coger mis papeles me dió el alto: ¿Cuál es tu titulación? Periodista, contesté yo y pensé, con la burocracia hemos topado, amigo Sancho. Y aquí empezó mi peregrinaje como kafkiana ciudadana Maru K. Porque la ley es la ley, aunque esté redactada de forma muy ambigüa.

Resulta que los periodistas, que estudiamos una carrera que nos prepara para trabajar con la lengua, no podemos impartir una asignatura cuya descripción en el currículo de la Comunidad de Madrid, por poner el ejemplo más cercano, comienza de esta manera: "La materia Lengua Castella y Literatura tiene como objetivo el desarrollo de la competencia comunicativa del alumnado".

Este veto, que poco a poco se ha convertido en persecución y acoso y derribo del periodista docente de lengua, se remonta a un Real Decreto de 2010 que, apoyándose en el plan Bolonia, determinó que al ser nuestra carrera del área de ciencias sociales, carecíamos de la formación necesaria para impartir Lengua y Literatura. ¡Ay, si Larra, Pérez Galdós, Carmen de Burgos, García Márquez y tantos y tantos periodistas literatos levantaran la cabeza!

¿Y el curso pasado? Pregunté yo, mientras contenía las lágrimas de impotencia que se agolpaban en mis lacrimales. Eso fue un error, respondieron, y tan panchos se quedaron dejándome de nuevo en el paro. Pero menuda soy yo, que ya llevo más de medio Grado de Lengua y Literatura, que recurro hasta la alzada y más allá -y me ahorro el intercambio porque yo soy voluble y cambiante, pero ellos son caóticos- pero sobre todo, me declaro fan del Defensor del Pueblo, que ha entendido mis razones y pone un puntito de luz en mi peregrinaje kafkiano. ¡Ainsss!

miércoles, 16 de octubre de 2019

Mientras dure la guerra, la censura y otras cosinas que me tienen pensierosa

Será que es tiempo de retomar...

El otro día retomamos el cine, yo y dos de mis mosqueteros. Inhabitual en nosotros, elgimos una buena, buenísima película: Mientras dure la guerra. Al día siguiente me colé en una clase de literatura de principios del XX, había gente que también la había visto y me llamó la atención, por la coincidencia, cuando una de las alumnas la definió como "inteligente", la misma palabra que yo había usado para recomendársela a mis queridas ursus.

Tacto, inteligencia e intención de objetividad. Y lo que pasa siempre con eso, que unos la atacan por que se pasa y otros por que no llega. Total, como a don Miguel.

Una película muy bien hecha, con una caracterización de personajes que dice mucho, mucho. Don Miguel es humano, unamunísimo, nada de veneración irracional al maestro; y el gallego... con el gallego da en la diana, porque detrás de la aparente pantomima se encierra todo una maquinación ideológica que moldeará vidas durante décadas.

Y así llegamos a mi asignatura de mujeres escritoras durante la censura. Ahí está presente esa manipulación ideológica, porque como dice Lucía Montejo en Discurso de autora: género y censura en la narrativa española de posguerra: "La censura no fue solo una práctica consistente en tachar párrafos o suspender importaciones, sino también el medio de hacer circular un tipo de discurso, en definitiva, un tipo de libro".

Un solo molde en el que crecieron, se educaron y estuvieron envueltos varias generaciones durante casi cuatro décadas. Un molde de pensamiento, un molde de mujer, un molde de moral... Puf, lo piensas y no dejas de preguntarte cuanto tardará en eliminarse tanta rémora.

El caso es que son muchas las situaciones heredadas y, sobre todo, mucho que se arrastra y no se ha sabido resolver o se ha resuelto o agravado de una manera poco eficaz. Y a Cataluña me remito, que a mí anunciar despliegues de las fuerzas del orden a todas horas cinco días antes de que pase nada es una invitación a la que otros entran cual Mihuras. Y todo me hace pensar en qué mal nos han cuidado -o hemos dejado que nos cuiden- la democracia estos representantes nuestros.

Y ya no digo más, porque en el fondo me siento muy ignorante ante todos estos temas, pretenciosamente me digo que muy unamuniana, y además, a mí no me gusta hablar de política y menos aquí, pero es que hay veces...