Recoletos, tercer banco a la izquierda

Me llamo Melinda M
y soy tan humanamente perfecta
que me equivoco a cada rato.
Soy adicta a perder el aplomo,
la sonrisa, los papeles,
el cuaderno y el móvil,
aunque lo tenga todo
metido en el bolsillo.
Por fortuna,
soy adicta también
a darme una y cien vueltas,
a vaciar los bolsillos
y volcar los cajones.
Para eso tengo recursos propios
y recursos ajenos.
Soy la danza
envuelta en un corsé
de convencionalismos,
que la música es aire
y que camina sola
a ratos se me olvida.
Entonces,
por descuido,
los chakras 3 y 5
se me obturan
por angustia o por miedo.
Por fortuna,
sacudo la cabeza
me pongo boca abajo, si hace falta,
y retomo el camino.
Un poco más ligera cada vez.
Es lo bueno
de saberse tan perfectamente
humana y moldeable.
Hoy me he equivocado,
de nuevo,
y llevo calcetines.
Por fortuna,
a estas alturas tengo claro:
no hay nada irreparable.

Rompiendo una lanza...

Lo tengo que hacer. Yo soy así, cuando se me mete una cosa en la cabeza tengo que hacerla, si no me queda la cosilla de haber dejado algo pendiente (cosilla que con el tiempo acaba desapareciendo, pero tampoco le vamos a dejar al tiempo todo el trabajo ¿no?).
Pues eso, que podría dejar que se desvanezca el post de la Plaza Solución una vez pasadas las elecciones y esperar a que desaparezcan de las páginas de los periódicos. Pero no lo haré, me da rabia que todo lo que ha pasado la semana pasada acabe convertido, por algunos medios, en la protesta absurda de un grupo de radicales.
A mi modo de ver no ha sido así, la manifestación del domingo 15 y su posterior "reconversión" en ocupación de la Puerta del Sol ha sido el inicio de algo, no una cosa pasajera. Por fin alguien se ha atrevido a dar un toque de atención y creo que estaría bien que los partidos aprovecharan la oportunidad de hacer una política más cercana al ciudadano.
Está claro que la protesta no se ha traducido en una sorpresa electoral a gran escala, habría sido absurdo pensar lo contrario. Aunque sí creo que en algo ha influido, o quizás fuese manifestación de algo ya existente: de algún modo, la presencia de más de dos fuerzas políticas en algunos Ayuntamientos y Comunidades cambia el panorama político (yo creo que la pluralidad es buena, siempre que exista el diálogo, claro).
Pero también pienso que es la hora de levantar el campamento e iniciar otro tipo de acciones. Lo ideal, desde mi punto de vista hubiese sido que al día siguiente de las elecciones un grupo de representantes se hubiera presentado en las sedes de los diferentes partidos "electos" y hubiese hecho entrega de su manifiesto y sus reivindicaciones. Al fin y al cabo las urnas han hablado, guste el resultado más o menos, y hay que usar la maquinaria democrática, guste más o menos.
Creación de una asociación o incluso un partido político, concentraciones puntuales -igual que hace bicicrítica cada último jueves del mes-, y otras muchas opciones que seguro se han fraguado estos días en las asambleas. Es hora de moverse y demostrar que el movimiento 15-M no es algo puntual ni propio de un grupo de utópicos radicales.
Todo esto, claro, desde la óptica de una profana política.

Una de ciencia ficción

En mis paseos y también cuando me transporto por esta ciudad -en transporte público o con mis propias piernas-, la mayoría de las veces mantengo monólogos cerebrales conmigo misma -o como dijo Machado, pero en versión femenina "converso con la mujer que siempre va conmigo"-. Y en muchas de esas ocasiones voy perfilando alguna entrada para el Balcón.
Al entrar en una librería siempre me sorprendo de la cantidad de títulos y volúmenes que pueblan sus estanterías. Si te asomas a Internet más de lo mismo. Somos un montonazo de gente lanzando ideas al viento continuamente. Por un lado, es reconfortante saber que jamás se te acabarán los recursos lectores (y eso que en teoría se dice que somos incapaces de inventar nada que no exista previamente y que nuestras ideas son siempre adaptación de algo que ya conocemos con anterioridad), por otro lado da como una sensación de infinito inabarcable que asusta.
Pues partiendo de estas dos premisas, venía yo en el metro pensando -es que en el metro si se te ha olvidado el libro en casa se piensa que no veas- que el día que se invente la "grabadora cerebral" estaremos fritos. Imagínate que mientras ideas lo que vas a poner en esta entrada tu "grabadora cerebral" -que consistirá en una especie de nanoMP3 con una ventosita que te pegarás en algún lugar de tu cabeza, allá donde mejor se aúne el lenguaje con la emoción- se encarga de que esa información no se pierda antes de que tengas un boli o un teclado en la mano.
La "grabadora cerebral", además, abrirá nuevas formas de conocimiento. Entonces sabrás si tu forma de estructurar tus ideas es única o igual a la del resto de los mortales. Descubrirás que mientras que tus contraseñas siempre se componen del nombre de uno de los picos más altos del mundo, tu vecino el ingeniero accede al ordenador con los dígitos que ocupan el séptimo, noveno y duodécimo lugar entre los decimales del número PI (es interesante el tema de las motivaciones de las contraseñas de cada uno, daría para una tesis, pero tus preferencias a la hora de crear contraseñas quedarían expuestas y tu intimidad en peligro. Es un arma de doble filo la cuestión).
Porque claro ¿quién se resistirá a la tentación de pegar esa ventosita en la primera cabecita que se ponga al alcance de tus manos? Nadie dormirá ya tranquilo, el cónyuge adúltero tendrá que asumir que le han pillado, de nada servirá negar todo hasta la muerte (y esto hablando de casos extremos, pero ya no podrás decirle a nadie que te encanta su horroroso vestido y relajarte).
La "grabadora cerebral" pondrá en nuestras manos una herramienta objetiva para estudiar un gran número de cuestiones más o menos transcendentes, pero no por eso menos interesantes, desde el punto de vista de la curiosidad humana. ¿A quién no le gustaría saber como estructura sus ideas el de enfrente, qué piensa, de qué se ríe, cuando y por qué? Hay gente que se ríe de un buen chiste y gente que se ríe porque no entiende el chiste y eso le pone nervioso y no quiere que se le note.
La creatividad del ser humano es tan amplia y variada como amplio y variado es el número de dichos seres; y estoy segura que la disparidad cerebral no se queda atrás. Y mientras tan preciado descubrimiento llega al mercado, que está al caer, lo presiento, dime ¿en qué estás pensando y de que modo lo haces?
(No puedo aguantar más, necesito una "grabadora cerebral").

PLAZA SOLUCIÓN

Ayer por fin me pasé. Estuve poquito rato, no me las voy a dar ahora de gran activista. Pero estoy con ellos, desde el primer día. Y me dan una cierta envidia. Cada uno de los jóvenes, -sé que también los hay que no son tan jóvenes, pero los que de verdad deben estar sintiendo esto con una intensidad tremenda son los más jóvenes (Dios, parezco la abuelita Paz)-. Los que durante esta semana han acampado o pasado la mayor parte del día en la Puerta del Sol están viviendo una experiencia que no olvidarán nunca.
Para algunos de ellos, además, esta semana supondrá un gran descubrimiento, o un montón de descubrimientos: que tienen voz, que pueden hacer cosas grandes, que se puede pasar un fin de semana sin tirar de botellón, que hay un montón de temas interesantes de los que hablar además de fútbol, motos, modelukis..., que si pones en funcionamiento la imaginación aparecen brillantes ideas (y otras absurdas, es verdad, pero es lo que tiene la tormenta de ideas), que las cosas se pueden cambiar, o al menos intentarlo.
Por eso me da rabia llegar luego a casa y encontrar "tertulias" absurdas en las que se intenta, por todos los medios, desacreditar lo que está ocurriendo en Sol -una manifestación espontánea de gente con ganas de cambiar las cosas, pacífica, organizada (envidiable en su organización), donde se respira buen humor y esperanza (con minúscula, pero con intensidad)...- argumentando de manera surrealista y a modo de pataleta infantil de niño obtuso: que si lo han organizado estos o aquellos, que si hay gente de grupúsculos radicales e incluso pro-etarras, vamos, lo que se dice rizar el rizo a tope.
Yo sigo sin entender la decisión de la Junta Electoral Central, porque siempre he pensado que en jornada de reflexión los que tienen que estar en silencio son los partidos políticos, porque si nos ponemos a ser tan pejigueros yo pido que los medios de comunicación no puedan relatar nada, de nada, de nada de lo políticamente ocurrido el día anterior, porque son ellos la manifestación más clara de partidismo político a día de hoy. (Yo espero que vosotros, mis queridos cuatro gatos lectores no os sintáis influidos por mi discurso o tendré problemas con la JEC).

Me pongo a contaros mi ratito en Sol y me aturullo con la cantidad de cosas que os quiero decir. Tienen un mapa con la ubicación de cada una de las comisiones y servicios de avituallamiento, carteles informativos con la forma de actuar en caso de violencia, de pronto se oye un megáfono que pide voluntarios para la comisión de infraestructuras, la plaza está llena de carteles con consignas inteligentes y llenas de humor, hay gente de todas las edades y todos los estilos, la comisión de limpieza actua hasta la exageración, delante de mis pies dos jóvenes, muy jóvenes, se lanzan con su escoba sobre una colilla abandonada...
Os dije que me daban cierta envidia y es cierto. Cuando una pertenece a la otra generación perdida, -porque según mi teoría este país lleva arrastrando la precariedad laboral desde la crisis del 93- y lleva años viviendo el clima contrario, la resignación, el ¿qué se puede hacer?, esto es lo que hay, lentejas, si quieres las tomas, si no las dejas, el saber que el que protesta se queda solo porque la gente tiene miedo a perder trabajos, que suelen ir asociados además a sueldos miserables frente a precios que no dejan de crecer, y etc, etc..., piensa que poco a poco las cosas pueden empezar a cambiar, o al menos que alguien viene detrás que empieza a reaccionar y la unión hace la fuerza y elimina el miedo. Y tal vez mañana los resultados no cambien mucho, pero aquellos que han querido silenciar la voz de Sol y no han podido hacerlo no podrán seguir ignorando el descontento de una gran, gran mayoría de ciudadanos que están hartos y -¡por fin!- empiezan a decir ¡Basta!

Rituales anuales

Hay determinados fechas que te inducen a reproducir, más o menos, tu comportamiento de "hace exactamente un año". Son días que de una forma u otra marcan el paso del tiempo. Por eso, cuando antes de ayer me encontré de nuevo ante los puestos de la "Feria del Libro Antiguo y de Ocasión", me imaginé este post con un título parecido al que le he puesto y un contenido más icónico que léxico, con dos imágenes que lo dirían todo:

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Pensé que no era necesario añadir nada más, porque como darme un garbeo por Recoletos en época de feria es un vicio anual que tiene una, creí que ya os lo había contado "cienes y cienes de veces". Pero estaba equivocada, pues aunque el balcón tiene varios post prolectura (y si tuviese la buena costumbre de poner etiquetas os sería fácil localizarlos), he de remontarme al "diario", nada menos que a 2008 ó 2007, para recuperar un auténtico alegato de "leona empedernida" propio de estas fechas tan libreras.
Sin embargo, me quedo con la copla de que os debo uno de libros...

Tortura electoral

Me levanto en día libre y mientras deambulo por casa descubro que el partido de la oposición (o del gobierno, según se mire el alcance geográfico) ha instalado su martilleante sintonía debajo de mi ventana. Tortura electoral, pienso, estamos en plena campaña.
El efecto hipnotizador ha sido efectivo, desde ese momento se me activa una especie de alarma que enfoca mis sentidos hacia los carteles electorales, desplegados por toda la ciudad. Da igual que no encienda el televisor, ni la radio, ni que me niegue a abrir el buzón, ellos están allí. "Centrados en tí", "El gobierno de la gente común" (?), "El gobierno de tu calle", la verdad que este año no se han roto la cabeza con los eslóganes. Eso pienso, hasta que descubro esto:

Vaya, me digo, eso es confianza en el partido y me regocijo del juego que la "broma" puede dar en el blog. El mensaje es tan claramente contraproducente que me escama. Como era de preveer, una parada de metro más tarde me topo con esto:

Ah, ya estamos con el mensaje preferido de los políticos me meto con el de enfrente y me ahorro promesas varias. Lo que me parece mal en este caso es que los carteles no vayan firmados. (Un par de días después, en otra estación diferente, encuentro un cartel similar pero con un pequeño cartelito, pegado sobre su esquina izquierda, que señala la autoría ¿adivináis?).

Indico que me gusta un grupo en facebook "las próximas elecciones ni PP ni PSOE", todos los artículos sobre redes sociales recomiendan no significarse políticamente, pero como ya os he confesado que soy una escéptica política, no me importa hacerlo, sigo soñando con la victoria de un tercer partido desconocido o con la abrumadora y vergonzante (para la clase política) del voto en blanco.

¿Será este?

Me temo que tampoco. 
Lo único que tengo claro es que aún no tengo claro que introducirá mi mano en la urna el día 22. Y me inquieta: cuál será la mejor opción desde el punto de vista de una persona que observa perpleja como el voto a uno u otro partido es vivido por la mayor parte de los habitantes de este país como una militancia futbolística (ser del PP o del PSOE es tan alienante y excluyente como ser del Barça o el Madrid), mientras un grupúsculo ¿cómo de numeroso? nos desconcertamos intentando descubrir la manera de que nuestro voto sea lo más útil posible a nuestra coherencia desideológica...

Y el post del post-running

Ayer nos dimos un paseo por el Retiro, con objeto de conocer el recorrido. Allí acorralamos a un miembro de la organización, le hicimos un montón de preguntas logísticas y le interrogamos por la razón de que la carrera empezara a hora tan intempestiva. Condiciones impuestas por el Ayuntamiento. Lo suponíamos. También nos enteramos de que, por el momento, parece ser que el año que viene será el último en que la prueba se pueda desarrollar por el Retiro. De nuevo decisión del Ayuntamiento.
Nos pareció arbitrario y sin sentido (y ya nos ronda la cabeza la necesidad de empezar a recoger firmas para evitarlo).

Pero claro, una sale el domingo, participa en una carrera en torno al Retiro, no hace falta que os repita el recorrido, que Mel ya os ha informado. Se reune con las amigas participantes al finalizar, se va a desayunar-comer-y-no-se-si-cenar, y al salir se encuentra con la calle Alcalá ocupada por los "ángeles del infierno". Las Harleys aparcadas en el tramo que va de la Plaza de la Independencia a Cibeles y los rudos moteros fotografiándose en grupo ante la Puerta de Alcalá. Y entonces una se imagina al alcalde firmando y coordinando eventos para los domingos soleados de la capital y se apiada un poquito (un poquito y ya...)

Y cambiando de tercio y ahora que el tiempo invita a invadir el Retiro. No dejéis de acercaros a la Casa de Vacas, porque Antonio de Felipe tiene una nueva exposición, está vez -bajo el título LPOP- recreando portadas de grandes éxitos discográficos. No os la perdáis, en serio (además es gratuita)

Del 4 al 29 de mayo

Crónica de una carrera anunciada

Me costó dormirme. Como una niña con zapatos nuevos. ¡41 tacos y mi primera carrera popular!, nunca es tarde si la dicha es buena, no te acostarás sin hacer una cosas más y, naturalmente, a la vejez viruelas.
Por el contrario, no me ha costado levantarme, desayunar, ducharme y ponerme la ropa que dejé preparada la noche anterior (yo que siempre salto de la cama y rebusco en el armario mientras un angustioso ¿qué me pongo? hace peligrar mi hora de llegada al curro).
Bajo por mi calle camino del Retiro. Día luminoso, la calle casi desierta. Tres manzanas antes empiezo a ver a otras participantes que han aparcado sin problema y se encaminan también hacia "los Jardines". Haberse levantado tan pronto empieza ya a ofrecer su recompensa. Me alegro de estar participando desde este momento ya.
Me encuentro con I. en la puerta, A. ya está dentro esperando y cinco minutillos después se nos unen C. y B. El Retiro está ya inundado por la marea rosa (color de la camiseta, de la carrera de la mujer y de la lucha contra el cáncer de mama, principal razón de la carrera).
Nos encaminamos hacia la zona de Menéndez Pelayo, altura Sainz de Baranda y más allá, a recoger nuestros chips. No nos lleva ni tres minutos. La organización ha estado avispada, cada mesa -señalizada con los números de dorsal correspondientes- se ocupa de la entrega de 300 chips. Tienen forma de minitarjeta y cuatro agujeritos para atarla a los cordones de las zapatillas. Aparecen S. y P.
Ya estamos todas. Nos situamos tras la línea de salida, debemos estar unos cuatrocientos metros más abajo y todavía hay una multitud detrás de nosotros. Dan el pistoletazo, con tanta gente aún tardamos unos diez minutos en pasar la línea rosa y comenzar oficialmente la carrera.
Subimos el paseo de coches prácticamente andando, abriéndonos paso por los huecos y al salir a la calle y girar en Menéndez Pelayo la multitud rosa se despliega hacia la izquierda invadiendo toda la calzada.
Cuesta abajo y ya con más espacio, comienza mi parte de carrera que -aunque parezca una paradoja no lo es- hago corriendo. Aprovechamos la inercia para afrontar el tramo monárquico del recorrido: Reina Cristina, Infanta Isabel y Alfonso XII. En la cuesta, y para ahorrar fuerzas, mi carrera se convierte en marcha, mientras que la mitad del equipo continúa a rítmico galope y se pierden entre la marea humana. Entramos por la puerta del Ángel Caído y seguimos subiendo hasta su estatua. Bordeamos una manzana más, regresamos a la plaza del querubín citado y cogemos el paseo de la República de Cuba para enfilar hacia el estanque. Cuando lo pasamos y giramos hacia la derecha -ahora alterno marcha con carrera, a capricho- nos vemos rodeadas de árboles.
Cobijadas por la sombra de las ramas el contexto se vuelve idílico, queda poco menos de kilómetro y medio para la meta y la satisfacción de saber que lo hemos conseguido empieza a invadirnos. De nuevo en el paseo de coches las piernas aceleran el ritmo. Cuesta abajo y la línea de llegada a la vista, ésto está hecho.
Prueba superada. Grado de satisfacción alto, muy alto. Os lo recomiendo.

¿Nos vemos en la San Silvestre?

Programa electoral

Ayer íbamos Mel y yo en el metro y en lugar de nuestro habitual concurso de "a ver quien descubre antes un hombre pelirrojo, una mujer recién salida de la peluquería y una niña con un jersey de Hello Kitty" decidimos elaborar nuestro propio programa electoral. Así, por pasar el rato, porque vocación política tenemos poca.
Sin embargo -dijo Mel- es nuestra obligación moral, como redactoras de un Mass Media digital, aportar nuestro granito de arena. Tal vez un asesor seco de ideas recorre en estos momentos el universo mundo web recogiendo miguitas aquí y allá; si es así, podemos contribuir a mejorar el rumbo del país.
De acuerdo -contesté yo- pero tenemos que proponer cosas con sentido y no vale tomarse el juego a guasa. No me mires así Mel, me refiero a que no puedes empezar a proponer que sea obligatorio un censo de solteros, que encarcelen a los típicos "escaqueitors laborales" o que toda persona esté obligada a regalar rosas a un desconocido una vez al trimestre.

Después de una pequeña discusión sobre lo que es o no serio, algunas de nuestras propuestas electorales son las siguientes:

- Aumento del salario mínimo interprofesional, a cambio de mayor flexibilidad del mercado laboral.

- Ventajas fiscales, como ausencia de impuestos o no obligatoriedad de pago de IAE o autónomos durante el primer año -quizás repercutible en el siguiente ejercicio, según beneficios- para emprendedores y autónomos.

- Compromiso de los candidatos de no invertir en obras fatuas, es decir, no iniciar obras de embellecimiento, capricho y otras vainas, durante los próximos cuatro años (o al menos hasta que dejemos de hablar de crisis en plan cenizo en todos los corrillos, señal será de que la crisis habrá remitido, digo yo).

- Coordinación del INEM con ONG's, de tal forma que los parados que participen como voluntarios en alguna asociación, ONG o proyecto de carácter social, tengan, por ejemplo, la ventaja de ver como ese tiempo les computa en su conjunto de "años cotizados a la Seguridad Social".

- Como medida de activación del mercado inmobiliario, crear dentro del Ministerio, o de las Consejerías de la Vivienda (según ámbito nacional o autonómico) una oficina de fomento de la permuta (por cierto, ¿alguien quiere cambiar su pequeño piso en Madrid por una casita en la sierra madrileña?).

Es esquemático e incompleto, simplemente un bosquejo, diez paradas de metro no dan para mucho más, pero tendréis que reconocer que cuando nos ponemos a pensar Mel y yo no tenemos precio.

Y vosotros ¿Nos regaláis alguna propuesta? Quién sabe, cualquier asesor sin ideas puede estar rondándonos.

Imagen del día

No puedo resistirme a fotografiar esto en el metro.

¡Récord de Europa! 

Se anuncia un domingo interesante...