Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

domingo, 15 de mayo de 2011

Tortura electoral




Me levanto en día libre y mientras deambulo por casa descubro que el partido de la oposición (o del gobierno, según se mire el alcance geográfico) ha instalado su martilleante sintonía debajo de mi ventana. Tortura electoral, pienso, estamos en plena campaña.
El efecto hipnotizador ha sido efectivo, desde ese momento se me activa una especie de alarma que enfoca mis sentidos hacia los carteles electorales, desplegados por toda la ciudad. Da igual que no encienda el televisor, ni la radio, ni que me niegue a abrir el buzón, ellos están allí. "Centrados en tí", "El gobierno de la gente común" (?), "El gobierno de tu calle", la verdad que este año no se han roto la cabeza con los eslóganes. Eso pienso, hasta que descubro esto:
Vaya, me digo, eso es confianza en el partido y me regocijo del juego que la "broma" puede dar en el blog. El mensaje es tan claramente contraproducente que me escama. Como era de preveer, una parada de metro más tarde me topo con esto:
Ah, ya estamos con el mensaje preferido de los políticos me meto con el de enfrente y me ahorro promesas varias. Lo que me parece mal en este caso es que los carteles no vayan firmados. (Un par de días después, en otra estación diferente, encuentro un cartel similar pero con un pequeño cartelito, pegado sobre su esquina izquierda, que señala la autoría ¿adivináis?).
Indico que me gusta un grupo en facebook "las próximas elecciones ni PP ni PSOE", todos los artículos sobre redes sociales recomiendan no significarse políticamente, pero como ya os he confesado que soy una escéptica política, no me importa hacerlo, sigo soñando con la victoria de un tercer partido desconocido o con la abrumadora y vergonzante (para la clase política) del voto en blanco.
Me temo que tampoco. 
Lo único que tengo claro es que aún no tengo claro que introducirá mi mano en la urna el día 22. Y me inquieta: cuál será la mejor opción desde el punto de vista de una persona que observa perpleja como el voto a uno u otro partido es vivido por la mayor parte de los habitantes de este país como una militancia futbolística (ser del PP o del PSOE es tan alienante y excluyente como ser del Barça o el Madrid), mientras un grupúsculo ¿cómo de numeroso? nos desconcertamos intentando descubrir la manera de que nuestro voto sea lo más útil posible a nuestra coherencia desideológica...



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues mi mano el día 22 introducirá en la urna un sandwich de pollo y lechuga.C

Anónimo dijo...

La mia introducira una mierda. Fresca, siendo sincero.