Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

lunes, 25 de mayo de 2015

Con mano izquierda


Parece un entretenimiento absurdo pero os recomiendo que lo probéis, además de por las razones de más arriba, por estas otras:

1.- Es una bonita forma de situarte en el aquí y ahora. Si haces cosas "difíciles", a las que tu cuerpo o tu cerebro no está acostumbrado, no te queda más remedio que prestar atención.

2.- Te hace ponerte en el lugar de los que están aprendiendo a escribir o leer, niños o adultos, lo que te hace darte cuenta de que se nos ha olvidado la dificultad que esto entraña.

3.- Valoras la importancia de la destreza fina y lo que las nuevas generaciones pueden perder si dejan de escribir a mano. Claro que esto es un tema más que discutible, porque ellos aprenden casi intuitivamente muchas otras cosas que a nosotros se nos escapan.

4.- Cuando haces algo que te cuesta dejas de perderte en preocupaciones y pensamientos recurrentes que no conducen a ningún lado.

5.- Si entrenas mucho puedes acabar siendo ambidiestro.

6.- ... Os dejo este hueco por si os apetece experimentar.

Toma otro camino, escribe con la mano que no uses habitualmente, rétate a resolver una problema de lógica o de matemáticas, lee un poema, mantén conversaciones, memoriza algo (si es útil o bonito mejor qué mejor), aprende algo nuevo... La inteligencia crece cuando la ejercitas, tengas la edad que tengas.


miércoles, 13 de mayo de 2015

Nota monstruosa

Hay anónimos espeluznantes, que ponen ante ti todos tus monstruos y te recuerdan que esto no puede seguir así.

Llegar a tu mesa y encontrarte que en su última visita tu sobrina ha dejado este mensaje te pone los pelos de punta. Tres ojos, tres bocas, diez antenas... un cuerpo peludo que celebra animadamente el monstruoso día de los monstruos bajo típicas banderillas festivas.

Tiembla, sacude tu cuerpo, mueve tus neuronas y vislumbra la cantidad de historias que se está tragando el mundo de las sombras desde que dejaste de aporrear tu teclado con cierta regularidad.

¿Te encontrarías ese monstruo cara a cara en una fiesta de disfraces? ¿Será su pelo rosa, morado, verdoso...? ¿Multicolor? ¿Sería real o un hombre disfrazado? ¿Tendría buenas o malas intenciones? ¿Estaría de pie, junto a ti? ¿O quizás estaría tumbado mientras tu caminas sobre él, pensando que lo que hay bajo los banderines no deja de ser un prado lleno de árboles-gusano muy extraños, con expresión alegre...? El viejo truco de los seres extraños de aspecto amigable que te invitan a una fiesta, pero que en realidad son antenas, con vida propia, de un monstruo de pelaje verde que te comerá en cuanto resbales por su ladera tras beber un ponche adulterado con sustancias psicotrópicas.

Y luego, pues ya sabes, un verdadero viaje por las entrañas del monstruo hasta encontrar la salida, el sentido de la vida o la llave mágica que abre la puerta de la jaula de la gallina de los huevos de oro. La típica historia al alcance de cualquiera que no se quede acorralado en un rincón acosado por sus propios monstruos.

Mensaje recibido: ríete de tus monstruos y ponles a hacer piruetas.