Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

martes, 11 de diciembre de 2018

Una entradilla


Se me pasan los días, los meses, los años, sin añadir palabra. En ocasiones he pensado en echar definitivamente las contraventanas de este balcón y crearme un nuevo cuaderno de bitácora en el bloguniverso. Me digo que he cambiado, que es hora de abrir una nueva etapa, pero en el fondo...

Cuando recorro todos estos años que han quedado grabados en letra virtual me doy cuenta de que quizás no soy la misma, pero que a fin de cuentas está aquí mi esencia. Pensamientos antigüos que tal vez ya no comparto o quizás sí, son testigos de una evolución cuyo resultado soy la yo de aquí y ahora.

Además, este balcón tiene muy buenas vistas y tampoco hay motivo para abandonarlo. Es una buena lanzadera para de a poquito y sin hacer mucho ruido ir recuperando el pulso y las pulsaciones, a ver si me lanzo de nuevo a testimoniar mi vida de mirona de a pie y de entusiasta a ratos.

Digo de a poquito y sin hacer mucho ruido porque ya han sido algunas mis intentonas de retomar el hilo, pero nada, que llevo ya un par de años de sequía escribidora y esto hay que remediarlo, pero ver para creer.

Una entradilla he titulado, más bien una entrada vacía que lanzaré a la nada digital, solo por saber que lo hice. Como un primer paso de una promesa o de un propósito de nuevo año, antes de que empiece el año. Un poco al buen tuntún y sin pensar, que quizás deberíamos hacer así muchas veces las cosas...