Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

jueves, 27 de junio de 2013

Sin mochila


Hace unos días me quité una mochila. Hablando con J.C., mi espejito mágico, me apareció el cabo de un hilo en el bolsillo, y tirando del hilo salió el ovillo. ¡Qué fuerte! El otro día alguien dijo que disfrutar de la vida consiste en estar aprendiendo constantemente, está claro que yo disfruto a tope.

Qué sorpresa más linda, desmontar creencias y actitudes que sin saber has tenido arraigadas en ti durante tanto tiempo. Y qué alucinante el poder de un instante. Chas, chas, y de pronto te ves con las riendas en la mano, abres la puerta, sacas a la luz sombras del pasado-presente y las vuelves presente-presente con esplendor propio. Es como descubrir unos zapatos retro de tu abuela, darles brillo y lanzarte con ellos a la calle sabiendo que vas a ser la más moderna de la fiesta.

Y más que eso, en ese mismo instante te das cuenta de que tienes la puerta abierta para nuevas sorpresas, que has quitado la mosquitera del miedo y resulta que te atreves a cosas que antes eran un mundo y ahora te parecen tan lógicas y tan sencillas. Y sabes que la vida te seguirá regalando cosas, pero que ahora que tú las buscas, las mueves, las provocas, las probabilidades de ser obsequiada serán mucho mayores. Y si encima has aprendido a disfrutar todavía más que antes compartiendo, regalando sonrisas, ofertas de trabajo, información, escucha, abrazos, cosas nimias, que parece que no tienen importancia pero son granos de arena que para mucha gente pueden convertirse en una playa entera...

¿El secreto? Ese es mío, solo os diré que, entre otras cosas, he, más que descubierto, integrado en mi misma, que nadie es capaz de hacerte daño si tú no quieres. Que es raro encontrarse con alguien completamente bueno o completamente malo, que la mayoría de las veces es la torpeza, la incomunicación, la falta de entendimiento lo que nos ataca, y eso es responsabilidad por lo menos de dos, no solo de la otra persona.

Me siento mucho, mucho más ligera, mi camino será ahora un poquito más fácil.


martes, 25 de junio de 2013

Apertas, la fuerza del abrazo


Yo ahora abrazo, os aviso.
No os asustéis si un día llego
y en lugar de dos besos fugitivos
os abrazo con fuerza.
Lo he aprendido
rodeada de otros ciento setenta
locos de los abrazos.
Hay abrazos tranquilos,
suave intercambio de cariño.
Hay abrazos intensos,
cargados de energía positiva.
Cada uno abrazamos
de una forma distinta
y distinta es la forma
en que abrazas
a cada una de las distintas
personas que te encuentras.
Cada abrazo es distinto,
único, irrepetible.
Hay algunos cuya fuerza radica
en la simple caricia de unas manos.
Los hay que son encuentro
de un par de corazones.
En otros,
notas todo tu cuerpo
y el cuerpo ajeno,
desde arriba hacia abajo,
y viceversa.
En algunos te sientes pequeña,
protegida,
en otras ocasiones,
eres de pronto Alicia, agigantada.
Para abrazarse bien,
hay que mirar primero
a sus ojos.
Avanzar sin perder el contacto visual
hasta que, ya escondido en esos brazos,
bajas los párpados,
escuchas el silencio
y aspiras... ese aroma.
Hay abrazos que me exigen
acabar con un beso,
o con dos, o con tres,
porque si no,
tanta energía concentrada
amenaza con hacerme explotar
...de alegría.
Es taaannn lindo,
reencontrarte de nuevo
en un abrazo.

No desperdiciéis la ocasión de un abrazo. Y si por timidez veis que flaqueo no dudéis en dar vosotros el primer paso.

lunes, 24 de junio de 2013

En los brazos de Baco


Siendo una mujeruca tipical spanish, suena un poco snob confesar que mi vínculo con el vino tiene su origen en tierras irlandesas. Pero una es así, le llega la inspiración de las formas más diversas. La pasión que llevó al brother irlandés a convertirse en embajador de las cepas españolas en la ciudad del Liffey me intrigó desde el principio. Gracias a él empecé a prestar atención a palabras que antes no me decían nada y ahora me hacían intuir que había todo un mundo embotellado ahí fuera: Somontano, Garnacha, Méntrida, Syrah, Verdejo, etc, etc...

No dudo que esa influencia y mi querencia celta fueron las que me llevaron a innovar en octubre cuando rellené aquella solicitud. Ya casi me había olvidado de ella cuando hace un mes me llamaron para incorporarme a un curso de cata de vinos. Mi yo cenizo y yo tuvimos una conversación. ¿Otro curso, nena? Me dijo mi yo cenizo, ya es hora de que te pongas las pilas ¿No? Bueno, le contestó mi yo cursillista, total, es un mes y medio, todo aprendizaje merece la pena y con pan y con vino se hace el camino. Ante las grandes verdades del refranero popular mi yo cenizo tuvo que cerrar la boca.

Estoy en la última semana de mi curso de vinos. No saldré siendo una experta, pero sí con una nueva óptica en lo que a vinos se refiere. La antigua Maruxiña que antes se conformaba con entrar a un bar y pedir un Rioja, sale con el olfato un poquillo más fino, el paladar expectante y unos mínimos conocimientos. Es decir, con la curiosidad estimulada, la base ideal para empezar a aprender.

Y es que es lindo, descubrir los aromas sorprendentes de un Bajoz crianza y sentir que has encontrado "un vino para escribir un cuento". Un cuento ambientado en el norte, al calor de la lumbre de una casa de aldea, donde una abuela con olor a canela prepara arroz con leche en un puchero, un atardecer otoñal. El olor de la cáscara de limón cocida a fuego lento, lo inunda todo y de pronto se abre la puerta de la calle por donde se cuela, además del fuerte viento y un remolino de hojas, un viajero...

Os lo aseguro, es un disfrute, encontrar ese vino diferente, que sin decir palabra te sorprende, por su sabor dulzón, pero no empalagoso, como el Vino de Misa de Bodegas Orusco. Una opción para cualquier aperitivo matutino o vespertino donde un refresco se te queda corto y una caña o un vino tinto demasiado largo.

O hallar en la maceración carbónica del Albiker, Bodegas Altún, también unos aromas envolventes (debo ser chica de apariencia porque hay vinos que me enamoran más por su olor que por su sabor), otra vez de cuento, pero ahora más sensual, casi lascivo.

Me encanta, por fin puedo deshacerme de esa imagen de escritora apoltronada en un sillón y pegada a un vaso de whisky, para refinar un poco más mi imagen de futuro. Mucho más chic, como de Katherine Hepburn, no tan pelirroja, ni tan delgada, claro, pero con indumentaria práctica pero elegante y una copa de vino junto a mi viejo Mac año 2010. Ay, visualizando estoy...

sábado, 15 de junio de 2013

Este pueblo


Huyendo del calor me cogí el autobús verde que lleva al paraíso. El cosmos todo lo ordena y en las mismas fechas que conseguía el objetivo de alquilar mi casita serrana mi hermana recuperó la suya. ¡Soy una chica con suerte, qué se le va a hacer!

Otro vecino entregado a disfrutar de la paz del pueblo
Tendíais que verme. A la sombra de la sobremesa. Recostada en una tumbona, oyendo el rumor del riachuelo que baja este año cargadito de agua, entremezclado a ratos con el suave ritmo de las hojas de los árboles movidas por la brisa o con el canto de algún pajarillo ritmoso. Un café con hielo a mi vera y una sensación de paz que prolonga el bienestar de los sucesivos baños mañaneros. Agua fresca, al punto de cualquier amante del Cantábrico.

¡Este pueblo! Escenario de los largos veranos de mi infancia, de mi edad del pavo, de mis primeros enamoramientos, de mis primeros desamores, donde aprendí a montar en bicicleta, donde me bebí mi primera cerveza, donde aplasté matojos, jaja, qué tiempos, donde bailé como loca, de donde salieron gran parte de mis amigos, a donde regreso una y otra vez para sentirme como en casa. Este pueblo con todas sus virtudes y todos sus defectos. Que me llena los ojos de verde, de montañas, de picos sucesivos y los pulmones de aire y el cuerpo todo entero de calma. Este pueblo donde nunca dejaré de ser una "veraneantonta" por mucho que haya pasado ¿un tercio? de mi vida sobre sus caminos y sobre sus calles.

Este pueblo me regala momentos, a solas y en compañía. Qué luz, qué color, qué calma, qué gusto, qué paz. ¡Ay, como me gusta mi pueblo!

jueves, 13 de junio de 2013

La calor


Lo siento chicos, ya sé que andáis todos celebrando que por fin ha llegado el verano. Pero yo, llevo todo el día resoplando. Soy chica de eterna primavera, de paisajes norteños, de playita cercana, de Sierra del Guadarrama (ya Parque Natural, por fin, por fin), de terraza a la sombra...

El calor me mata, me aplatana, me invade, me atonta, me hace sentir como una masa pegajosa que camina sobre asfalto. Me sobran los zapatos, la ropa, el pelo me parece demasiado largo. He comenzado con mi práctica de dos duchas diarias como mínimo, alguna de agua helada. Espero que caiga el sol, y llega el momento, y el aire sigue igual de cargado y el calor sigue pegado a mí, como una lapa incómoda.

Pese a todo sonrío, prueba innegable de que he me he convertido en una persona totalmente positiva. Me regaño a cada resoplido, empezaré a controlarlos. Camino descalza sobre la madera, me enraízo con la tierra, cimientos de por medio ¡qué se le va a hacer!

Creo que repito foto pero, frente al calor imaginación.
Soñando espero el fresco que yo quiero...
Me imagino en una piscina de agua helada con la vista de las montañas al fondo, sueño con mis playas del norte, saboreo el recuerdo de la brisa nocturna, marina o serrana. Agua fría... coger fuerzas y hundir la cabeza entera para que la nueva temperatura te invada todo el cuerpo. ¡Qué maravilla!

Está bien, soy chica de eterna primavera, pero también soy chica de verano a la verita del agua, o mejor, sumergida en el líquido elemento. Es eso, el calor en Madrid me hace sentir como pez fuera del agua, pero es que una es piscis, es algo contra lo que no se puede luchar.

miércoles, 5 de junio de 2013

Meninas Cartoneras


Tengo ahora mismo en mis manos el ejemplar Nº 8 de Días Hábiles de Rafael Otegui editado por Meninas Cartoneras. Hasta hace poco no tenía ni idea que era eso de una editorial cartonera y jamás pensé que pudiera tener el alcance y el encanto que tienen.

Parece ser que el movimiento cartonero surgió en Argentina en 2003, de la mano de la editorial Eloísa Cartonera. Una solución en plena crisis para acercar la cultura a los más desfavorecidos, generar puestos de trabajo y fomentar del reciclaje. Desde entonces el movimiento se ha extendido por varios países y ha dado lugar a la creación de numerosas editoriales.

El resultado son tiradas limitadas de ejemplares únicos y numerados, ninguno es igual que otro, cuyos textos son cedidos por los propios autores para su publicación.

No me enrollo mucho más porque tenéis toda la información en el enlace que os he dejado. Solo quería compartir con vosotros esta idea original, creativa y llena de corazón. Ideas para disfrutar en tiempos de crisis y en tiempos de bonanza.

Y si queréis más, el viernes 7 de junio acercaos a la Feria del Libro de Madrid, podréis ver in situ el trabajo de estas Meninas, en la presentación del libro Tres más cuatro en el que participa una de mis autoras preferidas.

martes, 4 de junio de 2013

Speech elevator


Hola, me encanta de nuevo veros por mi balcón. Sé que hay semanas que me vuelvo más díscola y se pasan los días sin sentarme ante el teclado. No penséis que es por falta de ganas, soy yo misma, me mezclo con el entorno, me afano o me introspecciono, y el tiempo se me va en otras cosas.

Después de poco más de un año recolocando mi mundo, me paso así la vida y en el fondo me encanta, os quería recordar que el cuerpo me pide ya algo de trabajito remunerado. No me pesa este año tan intenso. Estoy orgullosa de él. Empecé adquiriendo algunos conocimientos sobre el mundo de la edición, le di un empujoncillo a mi inglés viviendo en Ranelagh (Dublín) durante dos cortos meses, me regresé a mi pueblillo a disfrutar de las montañas al tiempo que me formaba como profesora de español, dejé mi casa en buenas manos, me volví a Madrid y el Cosmos me regaló esa maravilla de curso titulado DPOP, 12ª edición, donde dupliqué el número de amigos y me asignaron un espejo J.C. Ahora me encuentro catando vinos y aprendiendo a servir mesas. Por el camino he dado alguna clase de español, con más risas que gloria, y de apoyo escolar, escasas pero intensas.

Se me llena la cabeza de proyectos y busco tiempo para irles dando forma. Estoy más segura que nunca de mis capacidades. Soy una mujer multidisciplinar, inquieta y curiosa. Disfruto aprendiendo. Soy, algunos me lo habéis oído decir últimamente, un poquito escritora y un poco redactora, así que me he tomado prestada, de un título de Mario, esta palabra: ESCRIBIDORA para autodefinirme.

Escribo durante todo el día, porque para mí escribir es ir con los ojos y los sentidos abiertos, disfrutar del entorno, de la gente, de lo que me da la vida, agradecerlo, procesarlo, ponerle un poquito de mi misma y compartirlo. Me niego a ver el lado oscuro de la vida, con luz se camina mucho mejor y encerrarse en la cueva no sirve para nada.

Y ahora estoy aprendiendo a pedir ayuda. Soy fuerte, independiente, valiente y animosa, pero con vosotros puedo serlo aún más. Se que no es fácil, pero quién sabe, igual os enteráis de algún sitio donde necesiten una escribidora (manuales, historietas, cuentos, catálogos, blogs... cartas de amor ¿quién sabe?), una profesora de español, una oficinista avispada, lógica y organizada, una aprendiz de sumiller, una camarera con don de gentes, una dinamizadora infantil, sección lectura y escritura, una cuentista, una dibujante de monigotes salerosos, alguien cercano para atender al público, en fin, una sonrisa y muchas ganas... Razón aquí.

Y sin que sirva de precedente, foto a cara descubierta y alegría desbordante, mi mejor yo.