Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

martes, 23 de junio de 2015

Víspera de San Juan


Después de un fin de semana expuesta a la vista del público, fresquita de ropa y con khôl nuevo en el bolso, datos que hicieron saltar a Melinda de entusiasmo, me lancé el lunes a cumplir los retos marcados para esta semana. A punto estuve de rendirme antes de culminar el primero, el reloj corría en mi contra. Aún así evité la tentación hasta tres veces y rebasé la primera meta; proceso que culminó en la oficina de Correos del Paseo del Prado, donde me encontré con una exposición inesperada firmada por una tal Lisa Cuomo que acentuó la alegría que traía ya de camino, y eso que hacía un calor de mil demonios y a mí el calor antiguamente, lo que quiere decir hasta ayer mismo, me ponía de mal humor. Retomé mi paseo, sonreí a una guiri de aspecto amigable, y mientras me sentía sencillamente feliz caminando y me repetía "soy guapa, activa y creativa", se me vino a la cabeza la imagen de Vivien Leigh como Scarlett levantando el puño lleno de tierra de Tara y prometiéndose que nunca más dejaría agonizar su blog. Lo mismo hice yo, convencida de que no lo haría, dejarlo agonizar, porque qué más da lo que pase luego si aquella era mi verdad en ese momento. Paré a comprar una botella de agua, antes de entrar al Retiro, e intenté convencer al vendedor de que apagara la tele y cogiera un libro. "No he estudiado en el colegio y voy a estudiar ahora" me contestó; triste, me dije, pensar que leer es estudiar y que estudiar es una tortura, pero bueno, para gustos los colores. "Soy guapa, activa y creativa", atravesé el parque, "y además practico la atención plena, siento: olores, colores, sonidos, sensaciones...". A la sombra de una especie arbórea cuya identidad no me paré a discernir, me senté sobre la hierba y me saqué mi cuaderno viajero, que lleva tiempo intentando reconvertirme en la soñadora que solía ser. El sol, consciente de que soy guapa, activa y creativa, se asomaba entre las ramas de aquella especia arbórea no identificada, por mí, y me acariciaba insistentemente, su temperatura era tan ardiente que no dejaba de resultar un pelín lapa y agobiante; pero claro nadie le dice a un amante atractivo y cariñoso que en el fondo es un plasta, así que agradecí sus caricias. Me fundí con la hierba de tal modo que sus pequeños habitantes decidieron escalar por mi anatomía guapa, activa y creativa. Subidón energético, alegría instantánea, esto es felicidad y claro es que estamos ya en víspera de San Juan...

no os olvidéis de quemar lo que ya no sirve y plantar lo que esperáis crear este año, que se hace así, que me lo han dicho unos pajaritos, yo me pongo ahora mismo a escribir mis dos listas.