Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

miércoles, 1 de abril de 2015

Abierto por vacaciones.


Atardecía en mis montañas cuando el tren entró en la estación. Me puse un jersey ligero, agarré mi maleta, mi mochila, mi bolso... Me regañé de nuevo porque aún no he aprendido a viajar ligera de equipaje y emprendí el camino hasta este porche desde donde os escribo.

Escucho el ruido del riachuelo, que no puedo ver, porque cruza en paralelo unos metros por debajo de mi campo de visión. Baja bien cargado. Respiro el aire de la sierra y no sé porqué me acuerdo de que ayer vi en la tele que Heidi cumplía 40 años. Por algo será.

Me centro en el momento. Siento el peso interior de algunos fardos que he dejado que se posen sobre mí en estos meses de silencio. Respiro, y confío en irme descargando de ellos estos días. ¡Qué carallo! Los parados también cogemos vacaciones.