Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

domingo, 6 de febrero de 2011

Final del día 14

Cuando le dimos a conocer nuestras intenciones, hace ya 14 días, N. desde el fondo de su mirada de observador que no ofende -digamos que su mirada acaricia- nos vaticinó una gran revolución interna. Tenía razón. No sé si es la falta de nicotina, los acontecimientos externos, o el "volcán" que estamos despertando, pero estos días y a determinadas horas me siento "inquieta".
Es algo que ni me sorprende, ni me asusta. Desde que aterricé en el apasionante mundo del yoga, de pie y rodeada de gente encantadora, no he encontrado un sólo "pero" lo suficientemente fuerte como para hacerme dudar de que no debería estar aquí.
Lo que sí consigue es despertar mi curiosidad, me dejo llevar, ¡fluyo!, en cierto modo intrigada y divertida con lo que traerá cada nuevo paso. (Ya veremos).

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