Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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jueves, 27 de enero de 2011

Perdida en la economía

Hay aspectos económicos, la mayoría, en que me pierdo; aunque intuyo que en ellos hay algo que se me escapa. Hoy escucho en la radio y leo en el periódico que va sentado frente a mí en el metro, que una sentencia judicial considera que la entrega del piso al banco cancela la deuda. Claro que así en titulares, los matices pueden ser miles, me apunto para recabar más información una vez en casa (lo hago un poco antes de escribir esto, el juez consideró que dado que la subasta se realizó por importe superior al principal del préstamo, el banco no tenía luego derecho a seguir pasando recibos; en realidad, según la legislación vigente, la hipoteca no garantiza sólo el principal, sino también intereses, costas y gastos, por lo que la cifra a cubrir aumenta bastante). Ya antes de ampliar los datos pienso para mí sola que semejante noticia puede traer cola. La mayoría de los ciudadanos estamos desinformados sobre temas administrativos y económicos, una información de ese tipo, lanzada así sin grandes explicaciones y sin conocer un poco el tema puede dar lugar a diferentes interpretaciones.
Digamos que en el caso anterior -derecho hipotecario- una está pelín más informada. Pero cuando se trata de información relacionada con las Cajas, es cuando me siento pulpo en garaje. Primero que las fusionan, luego que las inyectan, después que se busquen inversores privados, más tarde que si no los encuentran se los encontrarán por ley. ¡Maldigo a la irresponsable profesora de economía de primero de carrera que nos dejó solos en el examen y nos dio un aprobado general! Me pierdo, pero en el fondo una es como la abuelita Paz y tener su dinero en una Caja, como que le parece más familiar y menos especulativo (????, sí, soy así, inocente y bucólica). La verdad es que, en general, no entiendo el empeño en privatizar todas las empresas públicas, o semipúblicas. Soy de la opinión de que el Estado también tiene que tener alguna fuente de ingreso. Privatizar el Canal de Isabel II, por ejemplo, me pone los pelos de punta...
Claro que como escarpias se les deben de poner los vellos a los jóvenes de este país cuando el propio presidente reconoce que será difícil reducir el paro juvenil. (Aunque como me decía una sabia amiga mía en aquella otra crisis que horadó mi juventud: "Maru, yo todavía no conozco a nadie que haya pasado su vida entera sin trabajar" y tenía razón). Pero claro, al joven de hoy la jubilación a los 67 le deja frío, lo que quiere es trabajar y a lo mejor en un par de años, si ha tenido suerte ya empieza a pensar en lo que ocurrirá dentro de cuarenta años...
Se que estamos en crísis, que la economía es complicada y todo eso, pero ver bombardeado mi oído sano con noticias que pescas al vuelo y entiendes de refilón te deja una sensación de barquito a la deriva, que mejor ni pensarlo. ¡Necesito un profesor de economía ya!
Claro que hay cosas que ni comprendo ni entenderé nunca, por mucho que me las expliquen, como entrar al metro y escuchar en su canal de noticias, hablando de Adebayor, el nuevo jugador del Real Madrid, que ya ha llegado a Madrid "el nuevo perro de Mou". ¡Qué país, señor, qué país!

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