Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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martes, 25 de enero de 2011

¿Anacronismos?

Llego a comer y me encuentro la televisión puesta. Ciclo de películas del Oeste en telemadrid. De pronto me golpea en los ojos una escena típica de las películas antiguas, da igual que sean de vaqueros, de gansters o comedietas románticas. Chico llega a casa de chica. Chica enfadada con chico, por un desplante, por no saber nada de él, por haber pasado la noche en el saloon acompañado de otra mujer -caso de la película de ayer- o por cualquier otra merma de su independencia hombruna.
La chica expresa su enfado lanzándole objetos al chico. La típica reacción femenina. Y en contrapartida, la típica reacción masculina: esquivando los objetos, con una mueca de burla en la cara, chico llega a chica, le agarra las manos, la reduce contra la pared, o contra la cama, y la besa. La resistencia femenina dura un instante, en cuanto se sabe en brazos del macho, la chica se rinde a tan pasional beso, olvida su enfado y queda encantada.
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En serio, pensé, escenas como estas son aún más perjudiciales que las escenas de sexo explícito por las que mucha gente se lleva las manos a la cabeza. Lo peor de todo es que cuando veíamos episodios semejantes no nos chocaban lo más mínimo. Lo mejor es que parece que, poco a poco, vamos cambiando.

En realidad ver cine "antiguo" nos ayuda a ver nuestros "pequeños" cambios. Hace unos meses, también en la tele, en una película española de los años 60, la protagonista recibía un regalo, lo desenvolvía, tiraba el papel al suelo y se quedaba más ancha que pancha. En su momento seguramente nadie reparaba en eso, a día de hoy te duelen los ojos...

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