Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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miércoles, 26 de octubre de 2011

Thinking



No volveras a ser el mismo, decía la publicidad de El Ser Creativo. ¿Soy distinta? Desde luego que sí. Cada día soy distinta. Porque a cada minuto soy distinta supe que tenía que acudir a El Ser Creativo, y naturalmente después de salir de El Ser Creativo volvía a ser distinta. Es lo que tenemos los seres excesivamente pensantes, que no permanecemos en la misma posición ni cinco minutos. Pero eso no quiere decir que basculemos de una postura a otra, aunque en ocasiones nos ocurra, más bien somos como el Universo que está en expansión, acelerada (Pérez Mercader y Álvarez-Gaume, dixit).


El caso es que ver reafirmada -aumentada, enriquecida, pulida, reestructurada y muchas cosas más- tu línea de pensamiento por un congreso de mentes brillantes, y no por un libro de auto-ayuda o una ciencia de la new-age, genera subidón. Sí, aunque parezca mentira, filósofos, científicos y empresarios triunfadores hablan de gestión emocional, pensamiento positivo, trabajo en equipo, autoestima, organigramas sencillos, flujo de la información, hacer el bien, afecto, y otras cosas tan alejadas del pensamiento tradicionalmente racional que a muchas corbatas la seda se les pondrá de punta.


Así que desde hoy me declaro públicamente abanderada y defensora de cosas tan obvias como (¡atención ideólogos de los grandes partidos políticos, soy una votante abriendo su alma, no pido mucho):

  • Un sistema educativo que deje de ser, de una vez por todas, un arma política -no se pueden cambiar las bases del sistema educativo cada cuatro años, vamos por favor, se podrán mejorar cosas, no dinamitar con cada cambio de gobierno- que incluya entre sus objetivos -o asignaturas- crear personas emocionalmente inteligentes y que ponga especial atención en el valor del individuo como terapia de choque contra del fracaso escolar. (Como dice Mario Alonso "Somos fuegos que hay que encender, no cubos que hay que llenar").
  • Una economía enfocada a generar riqueza entre todos y para todos. Porque ¿a dónde puede ir un país con donde la mayoría de la población trabajadora -que ya reduce bastante la premisa ¿no?- no va a poder consumir más allá de sus gastos de "supervivencia" mínimos y si se alcanza? Sí, sigo diciendo que la primera reforma laboral que necesita este país es el aumento del sueldo mínimo. Y aquí que me escuchen los sindicatos y las patronales: yo cambiaría el despido libre por el sueldo decente (ya se sabe "más vale pájaro en mano"), generaría más confianza en uno mismo, más flexibilidad y menos miedo.
  • Una economía que facilite el camino del emprendedor y una educación encaminada a crear emprendedores. (Ya que a nosotros no nos va a llegar, al menos que nuestros hijos -o sobrinos- y nietos den forma a un país de ciudadanos más dinámicos, optimistas y valientes).
  • Una forma de pensar basada en la premisa de que nadie está en posesión de la verdad. Por favor, escuchemos al de enfrente. Abramos la mente. Concedamonos la duda. Equivoquémonos, reestructurémonos, reconozcamos que nos equivocamos en determinados momentos, y nunca, nunca, nunca nos aferremos incondicionalmente a una postura.
  • Compartamos pensamientos, ideas y sentimientos. Y escuchemos. Practiquemos el feed-back. Una pequeña sugerencia puede voltear tu perspectiva, hacer que te la replantees, darle una nueva forma y conseguir que algo que sólo era una idea vaga se convierta en un gran proyecto.

Esas cositas y alguna que otra más, que ya irá saliendo. ¡Otro mundo es posible!

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