Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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lunes, 14 de marzo de 2011

Técnica Alexander

Cuando hace unos años J. se nos marcho al otro lado del canal de La Mancha a estudiar "Técnica Alexander", todos movimos la cabeza afirmativamente y le deseamos lo mejor. J. pasó allí cerca de un lustro estudiando su técnica -de lo que está reportera dejó su particular testimonio- y cortando jamón ibérico en pleno corazón de Portobello, somos una familia verdaderamente original, argumentaban sus hermanas ante ese gesto de morriña patria entre puré de guisantes.
A lo largo de estos años, gracias a sus explicaciones y a las "ordenes" de sus manos hemos aprendido, de algún modo, a explicar qué es eso de la "Técnica Alexander". En palabras mías: Su creador, F.M. Alexander, un actor australiano buscó en su propio cuerpo razones para explicar la afonía que padecía. De estas observaciones llegó a la conclusión de que a lo largo de nuestra vida adquirimos hábitos negativos para nuestro cuerpo que hacen que usemos éste de manera incorrecta (encorvamos los hombros, arqueamos la espalda...), con las correspondientes molestias y dolores. Un uso incorrecto que contrasta con la naturalidad perfecta de los recién nacidos y los niños de corta edad, que todavía no han incorporado esos errores a su "funcionamiento".
La técnica Alexander consiste pues en "reaprender" a usar nuestro cuerpo, con todas las ventajas que esto supone (eliminar dolores, recuperar elegancia corporal, mejorar el uso de nuestra voz...). En pocas palabras: optimizar el uso de nuestra maquinaria.
J. regresó hace unos meses un poquito más sabio y con sus manos mágicas empezó a enderezar cuerpos patrios. Si miráis a la izquierda de la página, donde hemos mejorado el apartado "De blog en blog" con un gadget más inteligente, veréis que hemos incorporado su dirección, por si tenéis ganas de enmendaros el cuerpo. Ya sabéis "mens sana in corpore sano" que decía Juvenal.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy morenazo, y mulato; para que negarlo. La tecnica alexander me resbala por mi piel tostada como la samba en carnaval, pero si quieres, rubia tintada, te dare un repaso con mis manos, que vas a olvidar al Alexander ese y a tu mismo hermanito (sabemos todos que es ficticio, y que eres hija unica)

IGOR DEZUELA

Maruxiña dijo...

Tentador, realmente tentador Igor... Si no fuera por que te conozco como si te hubiera llevado volando mañana tras mañana a la escuela parroquial...