Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

lunes, 22 de noviembre de 2010

Sé que existen

Estoy antihombres, me dice mi amiga P., ¿de qué van? En los últimos meses mi amiga P. recibe ataques de las fuerzas enemigas: 1.- Un viejo amigo -tensión sexual no resuelta- que en dos cafés le puso al corriente de su actual relación, ya al borde de la ruina -según él, "cómo les gusta llorar", dije yo- mientras le doraba la píldora con esas milongas de príncipe azul que ellos creen que nos encantan y en realidad nos dejan dudando de su coeficiente intelectual. En resumen, vive con su novia, celebran acontecimientos con las familias respectivas, y mientras tanto tantea si puede ampliar el círculo de sus "afectos". 2.- Una antigua aventura que seis meses después se le manifiesta por SMS asegurándole que acaba de encontrar su teléfono, perdido hace tiempo. (Si tiene hasta mi e-mail, dice P. con cara de pez). 3.- Su ex-novio desde hace más de seis años, hoy amigo, le repite insistentemente que su recíproca soledad tiene remedio si hacen un salto en el tiempo y comienzan de nuevo. Mi amiga B. está igual, aquel chico separado -que luego no lo estaba- con el que salió hace tiempo -y que le partió el alma ¿porqué no decirlo?- sigue llamándole cada dos por tres, a pesar de que ella sólo descuelga el teléfono cuando le llama a traición desde un teléfono desconocido.
??????????? y ??????????? nos preguntamos, pensando que en el fondo hay algo que se nos escapa ¿para qué esa vuelta al rechazo continuo? ¿es algún ejercicio de fortalecimiento del ego, desconocido para nosotras? ¿están tan acostumbrados al éxito de sus estrategias, que son ellos los que no comprenden y continúan practicando el empirismo sin tregua, buscando el fallo en su táctica?
Pero yo me niego, me niego a pensar que este es el prototipo, y les animo a creer en la supervivencia del hombre libre, interesante y sin patologías afectivas. Y creo que es la actitud correcta. Para empezar no me llama nadie, y visto lo visto, eso es positivo. He llegado a la conclusión de que he eliminado de mi vida el prototipo de vampiro emocional, ya no les atraigo y eso es bueno. Muy bueno. Emito energía positiva, sólo detectable por individuos interesantes. Ahora sólo falta que uno de ellos entre en su campo de influencia. Con el corazón abierto, claro.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Había pensado llamarte. Mis intenciones no son muy diferentes a las descritas en tus líneas de manera tan cruel. Pero encerraban sinceridad e intensidad a partes iguales. No quiero que pienses que soy un vampiro emocional aunque con mucho gusto te mordería el cuello.
Nunca dejarás de atraerme.

Leoncio Pi
(Estratega empírico)

Mel dijo...

Pi, te conozco, a tí y a tus malditos teoremas matemáticos. Quita, tuso...

Anónimo dijo...

Si tu quisieras podríamos citarnos cualquier día a las 3'14 o a las 16para picar algo.