Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

lunes, 13 de febrero de 2012

Enamorada



De su luz, de sus edificios, de sus calles estrechas, del jaleo y la pulcritud de sus bares, de sus edificios recios y enormes, de la vegetación "tropical" de su Parque de María Luisa, de su, y olé, Torre del Oro, de su geografía ideal para recorrer en bici -aunque eso lo tendré que hacer la próxima vez-, de su juerga flamenca y nocturna, de su olor, de su Catedral y sus plazas aledañas, de su comer al solecito en pleno febrero de un día muy frío, de su arquitectura y sus filigranas, de sus jardines, de sus naranjos, de sus tejados, de los carteles de sus calles que más que el nombre de la calle son palabras poéticas: Agua, Vida... de sus Vírgenes y sus Cristos, omnipresentes, de la expresiva y amable Esperanza de Triana, del local de la Anselma, también de Triana, y su "paripé", marketing eficaz de pura calle...
Que sí, que el viernes me lié la manta a la cabeza, me monté en un AVE y me zambullí en Sevilla, la miré, la remiré, la olí, la saboreé, la escuché, la sentí... y me enamoré... a escasos días de San Valentín, no es mal presagio...

2 comentarios:

La cuerda 3 dijo...

..¿pero no será de un lobo feroz?...Me tienes loca Caperucita!

Anónimo dijo...

Entonces feliz día mon amour