Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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jueves, 2 de febrero de 2012

Día uno. La Candelaria


Me avisó ayer una entendida en la materia: hoy dos de febrero, día de la Candelaria, un flujo de energía tan grande como el de la noche de San Juan recorrerá la tierra. Y para que quieres más, se me ha subido la energía diez grados por lo menos, casi, casi, lo que ha bajado la temperatura en la capital.
En contrapartida por el descenso del mercurio, febrero amigo me ha regalado un día soleado, genial para observarlo en movimiento o tras unos cristales. He paseado, feliz y con los sentidos bien abiertos. Tanto, que yo, que nunca me encuentro con nadie -seguramente porque siempre voy pensando en otras cosas-, me he topado con un amigo serrano y fumador que apuraba su cigarro al pie de sus oficinas.
Al margen de unas gestiones de primera hora, el resto del día ha sido para mi. He disfrutado de esta sobrecarga de energía que me recorre -y que poco a poco irá posándose y ordenándose- mientras que mensajes y llamadas me deseaban lo mejor para mi nueva vida (M.N.V.).
Me han descubierto un nuevo restaurante, he comido en buena compañía, he brindado, he celebrado, he "quemado" mi abono-transporte, he aprendido que los invizimals son unos seres que mutan a unos niveles muy complicados... y un largo etcétera de experiencias apasionantes más que han dado forma a este día uno de M.N.V.

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