Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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martes, 22 de noviembre de 2011

La nueva guerra de los botones



Hace unas cuantas películas decidí que iba a esperar al día siguiente para dar cuenta en el blog de mis impresiones. No es lo mismo dar tu parecer a la salida del cine que dejar cocinar tus impresiones a fuego lento. Hay películas que cuanto más las piensas más jugo les sacas y más descubres lo que te han transmitido.
Pequeños salvajes patrios
Pero parece ser que la peli de ayer -ya me estoy asustando de tanta solitude filmográfica, necesito un poco de bullicio- me sigue dejando la misma impresión a estas alturas como en el camino de regreso a casa. No sé si soy yo o que ayer tenía un mal día, pero "La nouvelle guerre des boutons" (en la traducción parece que se han dejado el calificativo por el camino, misterios de la "retitulación" española; claro que eso no es nada si comparamos "Cuando ruge la marabunta" con "The naked jungle", por poner el primer ejemplo -no demasiado desafortunado, los hay peores- que se me ha ocurrido buscar en internet) me pareció la típica película "fabricada" para obtener unos estupendos resultados comerciales.
Me explico, la película es pastelona, previsible y facilona. Un producto con el que el director de "Los chicos del coro" parece querer repetir taquillazo. Yo creo que pierde frescura. 
Y eso que yo iba con mis expectativas a tope: basada en un título emblemático -La guerre des boutons- de la literatura juvenil francesa (que por cierto tengo en casa hace años y nunca consigo terminar porque siempre se cruza un segundo título en mi camino, pero que me he prometido leer de principio a fin de una vez) firmado por Louis Pergaud y con el precedente de otra película, también emblemática, de 1962 (dirigida por Yves Robert, que también me he comprometido a ver).
Christophe Barratier, el director de la nueva versión, traslada la acción a la Francia ocupada de la segunda guerra mundial, y creo que ahí está el fallo. Él dice que ha querido rodar la película que le habría gustado ver de niño, yo creo que la ha llenado de sentimentalismos de adulto, por lo que la historia pierde bastante frescura.
Pero es sólo una opinión, también es cierto que las escenas que he visto en youtube de la versión de 1962 dan fe de que hay un gran paralelismo entre ambas películas y que la de Barratier se deja ver con facilidad -aunque es bastante más ñoña-. (Tal vez cuando consiga leer el libro de cabo a rabo y haya visto la versión de Robert mi opinión cambie respecto a ésta, ya sabéis a veces el contexto contextualiza...)

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