Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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domingo, 13 de diciembre de 2009

Filosofía vital



En nuestra búsqueda de una filosofía vital, quedo con Maru para ver El Secreto a través de youtube. Empezamos muy aplicadas, incluso tomamos algún apunte, pero como no nos hemos visto el fin de semana terminamos escuchándonos a nosotras mismas más que a la película. No obstante, nos cala la teoría de los pensamientos-imán (atraes lo que piensas), la física cuántica y el pensamiento universal. Nos sentimos preparadas para afrontar nuestra nueva vida desde una perspectiva distinta. Quedamos en vernos al día siguiente para intercambiar impresiones.
Lo hacemos en un bar cerca de casa, separadas por la mesa-tonel, encaramadas a unas banquetas imposibles casi tan altas como la mesa, muy rústico-chics, pero incomodísimas.
He reflexionado mucho Maru, pero más que relajarme, creo que nuestra nueva visión me estresa -Noto que Maru se pone tensa, en alerta. Continúo- vale, digamos que a través de mis pensamientos convoco siempre hombres inestables, carentes de sinceridad y cargados de problemas afectivos. Pero no lo creo, porque cada vez que conozco a alguien autogenero un optimismo desbordante, que debería tener un resultado totalmente opuesto. Así que me he dado cuenta de algo terrible.
Noto que Maru se tambalea en su banqueta, pero como no dice nada, yo sigo.
He pensado que debo ser yo la que posteriormente, gracias a involuntarios pensamientos cargados de inseguridad, convierto a esos ángeles de la naturaleza, en monstruos despiadados, depredadores del género femenino. Así que en realidad me siento fatal, creo que estoy envenenando el mundo, acabando con los últimos solteros adorables. Ahora soy yo la que pierdo la calma, noto que los nervios me invaden y un nudo en la garganta.
Rápida y veloz Maru reacciona.
Mel, respira hondo, inspira-espira, inspira-espira, no te preocupes, es sólo un bloqueo mental por el cambio de actitud, tu organismo se está rebelando a la revelación. Inspira-espira, inspira-espira, a partir de ahora concentraté en el primer paso, generar pensamientos positivos y desechar los negativos. Es el primer paso, inspira-espira, inspira-espira. Piensa en algo agradable.
¿En qué?
No sé, en pulpo con cachelos, pido una ración, no te muevas, agarrate a la mesa y sigue respirando.
La pobre Maru corre a la barra, me concentro en la visión de una plato con tortitas con nata y sigo respirando, saco tripa y pongo las manos sobre ella, para que la gente crea que soy una embarazada en plena bajada de azucar, y pienso en lo duro que es acercarse a los cuarenta sin una clara filosofía vital.

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