Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

martes, 6 de abril de 2010

Nada de nada


Por fin ha llegado la primavera. Parece que tan sólo había que despistarse, relajarse y esperar y he aquí que se pusieron los cielos azules y el astro rey empezó a calentar, y con qué ganas.
Nada de nada, eso es lo que he hecho en estos días de fiesta. Acercarme a mis montañas, como buena fan de Heidi que fui (ahora entendéis muchas cosas ¿eh?), tengo mis propias montañas. Y allí me he sentado a esperar que llegara el buen tiempo, sin abrir un libro, sin pensar, sin intentar seguir el absurdo devenir de mis locos pensamientos. Externalizando, con los ojos abiertos y poniéndome y quitándome el abrigo según el tiempo, que ha estado cambiante, como yo estás últimas semanas (dice mi amiga L que ella también se encuentra excesivamente cansada estos días, los cuarenta no perdonan la astenia primaveral, parece ser; que sugestionables somos por las "leyendas urbanas").
Y hoy como colofón me he dado una vuelta por Madrid, abrigo al brazo, que cuando luce cielo azul está chula rechula, con las terrazas llenas de gente, los vendedores de flores y mucho, mucho paseante. Y aquí se me acaban las vacaciones, pero me comienza la primavera luminosa, que es esa época en que todo el mundo se anima a tomar un algo, a dar un paseo, a escaparse un rato...

¿Cuando quedamos?

2 comentarios:

Mr Starman dijo...

Mujer, tanto como "nada de nada"... el viernes tuviste esto. Tampoco fue para tirar cohetes, pero pasamos el rato...

Mel dijo...

Que susceptibilidad, fue para tirar cohetes y mucho más, me refería a que sólo me he dedicado a disfrutar de mi tiempo y el viernes estuvo muy bien aprovechado y la compañía fue inmejorable.