Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

viernes, 23 de abril de 2010

3 de 3


Me acerco al campo con un poco de aprensión, por el vértigo, pero con muchas ganas de meterme en el ambiente. Bajamos en manada desde Puerta de Toledo, paramos a comprar un poco de agua y unas pipas, hacemos la cola de rigor y alehop, escaleras arriba, y arriba, y arriba... Me pego al asiento como una lapilla, será por la compañía, pero a los cinco minutos me felicito a mí misma, el aire puro, el verde del césped, el estadio hasta la bandera, y -como diría Melinda, lleno de tíos, Maru, es aquí donde se esconden- me gusta estar allí. Poco a poco me meto en el partido... y consigo seguirlo casi en su totalidad, marcar un gol en los primeros quince -creo- minutos del partido es mucho, pero todavía tengo el cuerpo pegado a la silla -no me fío de mi estabilidad- y la timidez propia de los poco asiduos a escenarios de ese tipo, así que no me levanto a celebrarlo.
Como pipas y me lo paso idem, me felicito por mi valentía, ya puedo levantarme y saltar -si quisiera- en las jugadas emocionantes, escucho los cantos de los forofos, los tambores que suenan desde no sé donde, y hasta muevo el cuerpo, por momentos, a su compás -si es que lo tienen-. Se me mete el campo y la gente por los ojos, por los oídos y por la piel, es luminoso y alegre el espectáculo, además hace una temperatura buenísima.
Y entonces llega, el momento más pintoresco: la hora del bocata. Pita el árbitro el final del primer tiempo y todo el mundo saca su bocadillo, nosotros también, de tortilla y salmón, cortesía del marido de C. Me lío un cigarrito y sigue el partido, otros ay, huy, bah... y terminamos con el resultado inicial 1-0.
Creo que soy de las pocas personas que pueden decir que siempre que van al Calderón el Atlético gana, claro que por ahora sólo he ido tres veces. Son unos pocos los escogidos que conocen el secreto de que hoy haya ganado otra vez, así que por lo bajini, y sin montar mucho escándalo, la cosas mágicas es mejor no airearlas, me corean: "¡Pepa -sólo para ellos, yo, soy esa- talismán!, ¡Pepa, talismán!" Me vuelvo a casa, con la sensación del trabajo bien hecho.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran noche, gran afición, gran equipo y un gran bocata, estaba chanchi ¿verdad?. Deberías mandar este texto a Marca para que aprendan como se escribe del "glorioso"

Mr Starman dijo...

Menuda sorpresa. Una pena no saber que estabas allí para hacer una pequeña celebración posterior en forma de caña, junto con un viejo amigo tuyo (de apellido Bermejo), al que seguro hace siglos que no ves.

Besos y forza aleti

Maruxiña dijo...

Caray, la próxima vez os llamo...