Camino con mi Lumix en el bolso desde hace casi un mes, por si se me aparece alguna imagen digna de retratar e insertar en el blog, pero por el momento no lo he conseguido. Debo estar demasiado centrada en mi mundo interno, se hace necesario que haga caso a Mel y externalice. El caso es que entre unas entradas y otras, y si no fuera por Caperu y el balcón, el blog se ha quedado huérfano de imágenes. Me agobia, igual que me agobia ver que entre la última entrada y ésta ha transcurrido casi una semana.
Me pongo las pilas, escucho la radio, guiño el ojo a los guiris, corro detrás del autobús, hago la compra ávida de aventuras, me apunto a una manifestación -pero me equivoco de día, me felicito por ello-, leo los libros de autoayuda de Mel, me pongo trascendental e intento preguntarme quién soy, a dónde voy y de dónde vengo, pero nada...
Busco la solución en mi Mac y me meto en su fotomatón, me pongo pop y animo un poco el blog.
Cartelera cultural: El largo viaje a Bordó
Hace 4 semanas
1 comentario:
Estás preciosa tía, quiero que me hagas una cosa así por mi 29 cumpleaños. Bssss. C
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