Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

miércoles, 17 de marzo de 2010

Lo que pasa por mi cabeza

Mientras Maru se pierde en sus arrebatos de pasión periodística, yo me sigo perdiendo por el devenir saltimbanqui de mis, digamos, pensamientos. En el reparto de papeles a ella le tocó en suerte ser práctica, reflexiva y correcta, o al menos eso intenta, yo tengo vía libre para dejarme llevar por mi libre albedrío, abrir mi alma y ser todo lo desastrosa, impulsiva, sentimentaloide, alocada y humana que me apetezca.
No ha sido una semana de gran contenido, pero mi soliloquio interno no deja de desaprovechar cualquier ocasión de darle una vuelta a cualquier idea que venga a visitarme. Estos días he estado sofocando de nuevo las llamas provocadas por una llamada a corta distancia; he apuntado una palabra, charlicopa, inventada, supongo, por el autor del libro que llevo en el bolso, y la he asociado con el comentario de un amigo que al ver las fotos de mi vida comentó que era evidente que mis amigos y yo de actividades deportivas poco y sí, realmente, la mayoría de nuestras fotos son en comidas, cenas, aperitivos, fiestas, bodas y un largo etcétera, he de decir en nuestra defensa que también las hay de viajes, excursiones y salidas al campo...; he pensado en lo triste que debe ser vivir en la calle Esperanto y no hablar ningún idioma; me he quedado pasmada ante un grupo de diez impresionantes y elegantísimos guiris altos y rubios entrando a lo "Reservoir Dogs" en el bar donde me tomaba algo con mi amiga L, para desaparecer de mi vista tragados por las escaleras que conducen al restaurante de abajo; me he acostado a la una de la mañana el día en que me metí a las diez en la cama y todo porque recibí una llamada de Mina en la que fui espoleada y tras colgar me enderecé, encendí mi ordenador de sobremesa y me puse a rescatar cuentos para mandarlos a ver si conseguían ganarse la vida; de nuevo me he comprado un libro de psicología, autoayuda o como quieras llamarlo; he vuelto a gritar con Fernanda María de la Trinidad del Monte Montes qué bonito, qué alegre, y luego la he dejado a la mitad para que formara parte del lote de lectura que intercambio con mi "consultora de belleza"; he visualizado y practicado el anclaje y el método MORE, cuando me ha sido posible y me he acordado; he viajado con mi lumix en el bolso por si se cruzaba la exclusiva, pero no se ha cruzado y eso que esta semana he visto tres famosos en los alrededores de mi casa: uno emparentado con la casa real, un futbolista cañón y otro que no tengo ni puñetera idea de quién era, pero que estaba rodeado de mujeres que le pedían autógrafos; todo eso y muchas cosas más forman parte de mi semana.

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