Mientras Maru se pierde en sus arrebatos de pasión periodística, yo me sigo perdiendo por el devenir saltimbanqui de mis, digamos, pensamientos. En el reparto de papeles a ella le tocó en suerte ser práctica, reflexiva y correcta, o al menos eso intenta, yo tengo vía libre para dejarme llevar por mi libre albedrío, abrir mi alma y ser todo lo desastrosa, impulsiva, sentimentaloide, alocada y humana que me apetezca.
No ha sido una semana de gran contenido, pero mi soliloquio interno no deja de desaprovechar cualquier ocasión de darle una vuelta a cualquier idea que venga a visitarme. Estos días he estado sofocando de nuevo las llamas provocadas por una llamada a corta distancia; he apuntado una palabra, charlicopa, inventada, supongo, por el autor del libro que llevo en el bolso, y la he asociado con el comentario de un amigo que al ver las fotos de mi vida comentó que era evidente que mis amigos y yo de actividades deportivas poco y sí, realmente, la mayoría de nuestras fotos son en comidas, cenas, aperitivos, fiestas, bodas y un largo etcétera, he de decir en nuestra defensa que también las hay de viajes, excursiones y salidas al campo...; he pensado en lo triste que debe ser vivir en la calle Esperanto y no hablar ningún idioma; me he quedado pasmada ante un grupo de diez impresionantes y elegantísimos guiris altos y rubios entrando a lo "Reservoir Dogs" en el bar donde me tomaba algo con mi amiga L, para desaparecer de mi vista tragados por las escaleras que conducen al restaurante de abajo; me he acostado a la una de la mañana el día en que me metí a las diez en la cama y todo porque recibí una llamada de Mina en la que fui espoleada y tras colgar me enderecé, encendí mi ordenador de sobremesa y me puse a rescatar cuentos para mandarlos a ver si conseguían ganarse la vida; de nuevo me he comprado un libro de psicología, autoayuda o como quieras llamarlo; he vuelto a gritar con Fernanda María de la Trinidad del Monte Montes qué bonito, qué alegre, y luego la he dejado a la mitad para que formara parte del lote de lectura que intercambio con mi "consultora de belleza"; he visualizado y practicado el anclaje y el método MORE, cuando me ha sido posible y me he acordado; he viajado con mi lumix en el bolso por si se cruzaba la exclusiva, pero no se ha cruzado y eso que esta semana he visto tres famosos en los alrededores de mi casa: uno emparentado con la casa real, un futbolista cañón y otro que no tengo ni puñetera idea de quién era, pero que estaba rodeado de mujeres que le pedían autógrafos; todo eso y muchas cosas más forman parte de mi semana.
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