Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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jueves, 25 de octubre de 2012

Elogio de lo sorprendente





“Dame todo tu odio en forma de moneda y lo reciclo. Lo voy a convertir en resaca esta noche.” Individuo vestido como un artista callejero cualquiera, es decir, normal y corriente. Una calavera de plástico sin cráneo en la mano, a modo de cuenquito.

Una frase absurda que te saca de tus pensamientos y te hace reír, sin pararte a pensar en el significado real de esas palabras. “Gracias guapa”, te dicen cuando parece que te alejas sin hacer caso del reclamo. En realidad todavía no te ha dado tiempo a pararte y desenfundar el monedero. Resalto aquí que la frase de agradecimiento también está estudiada. Ese guapa no tiene importancia semántica, pero sí contextual, ese guapa va dirigido a una persona joven, eh, ¡ahí te han tocado!

No hubiese hecho falta ese apoyo. La sorpresa y el humor de la primera frase “dame tu odio en forma de moneda y lo reciclo”, ya te ha hecho llevar la mano al bolso. Te paras, buscas algo suelto y lo echas en el macabro cuenco.
Te alejas, analizas la frase, literalmente le has dado una moneda a una persona que presupone que sientes algún tipo de odio y que además te dice que la va a invertir en bebidas alcohólicas. ¿Te sientes defraudada? Para nada. Me ha sorprendido. Ese tío es un estratega del marketing directo. En este mundo lleno de estímulos, la sorpresa se lleva la palma.

Una sorpresa positiva y contextualizada, claro. ¿Os imagináis que me encuentro al mismo individuo en uno de mis paseos solitarios por el campo? ¡Mon Dieu, qué susto! No quiero ni pensarlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta. R2D2