La había descartado nada más vislumbrar el argumento. Pero entonces no contaba con que me apuntaría a un plan de cine esbozado
por tres hombres. Salvajes. No había escapatoria.
La película comenzó y reconozco que me sorprendió. Es cierto
que algún que otro seso sangrante salpica al espectador, pero no al nivel
desmadrado que había imaginado. La trama te engancha y tiene sentido. Los tres
jovenzuelos protagonistas, ella y ellos, son guapos a rabiar y su triángulo
amoroso "idílico", además, la contrapuesta visión del negocio de ambos socios tiene su
punto. Se puede decir que se establece un equilibrio entre los tres
protagonistas y las tres estrellas consagradas que aparecen en la peli, con
papeles importantes, pero en un segundo plano. Travolta discreto, pero cada día
más atractivo, en el papel del poli corrupto un poco estúpido, o eso parece,
Benicio del Toro, haciendo de malo malísimo, como no, y Salma Hayek al frente
de la banda de traficantes mejicanos que la lían parda.
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