Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

martes, 18 de septiembre de 2012

De momento



Me podía haber ido a un monasterio zen, pero me refugié en mi propia casa y decidí prestarle un poco de atención. Llevo unos días tapándole algunos agujerillos, con mis propias manos y con manos ajenas. (Gracias a la recomendación de un amigo encontré el partenaire ideal para estos menesteres. Nada que ver con Pepe y Otilio, la verdad.)

Os aseguro que el bricolaje me tiene absorbida. De la mañana a la noche. El trabajo manual y los paseos por el campo se han convertido en mi yoga diario. No le doy vueltas a las cosas, no me da tiempo, simplemente me muevo. Creo que en esto consiste eso de “disfruta del momento”…

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