Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

domingo, 5 de septiembre de 2010

Viena


Desaparecí, lo sé. Sin deciros nada me he plantado en Viena. Desde hace días paseo en bicicleta por esta ciudad elegante y espaciosa, repleta de edificios enormes y armoniosos.
Por ahora, ya os digo, nos dedicamos a los exteriores. Hay que aprovechar que luce el sol y lanzarse a la calle. Recorro la ciudad, pedaleando como una loca. Reconozco que me ha costado un tiempo la adaptación, pero poco a poco voy siendo capaz de pedalear y disfrutar del paisaje al mismo tiempo.
Así que aquí estoy, totalmente integrada con el paisaje urbano. Camino en bicicleta siguiendo a mi particular y sonriente tropa Von Trapp. ¡Me tienen rota! Rota y feliz, disfrutando de este viaje, que una vez más -como todos los viajes- no es sólo un lugar, sino la gente y el momento.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buenas M, aprovechando la soledad y el aburrimiento de Camerún me estoy poniendo al día con tu diario y veo que has tenido un buen verano, también veo que dentro de poco te vas a poner a flotar...
Bueno, espero verte a la vuelta en la fiesta de Juan y Ana.
Besos,
Edu

Anónimo dijo...

¡¡ya he vueltooooooooo!! y me lo he leído todo, estoy al día. Me voy a limpiar mi casita, la lara larita.C

Lola Pereira dijo...

Sin duda, los viajes son las personas y el momento.
Me encanta recordar esa enorme sonrisa que ha decidido quedarse a vivir en tu cara mientras sorteabas tranvías a lomos de tu bici...
Madrid me mata pero siempre nos quedará Viena-