Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

viernes, 24 de abril de 2020

Distopía


En una realidad distópica, yo sé de alguien que a estas horas miraría el reloj con impaciencia esperando que dieran las cinco. Minutos antes de esa hora se colgaría la mochila (poca ropa, algunos libros, varios apuntes) del hombro, apagaría las luces, conectaría la alarma y saldría por la puerta de la claustrofóbica oficina para iniciar el trayecto (tren, metro, bus) hacia el paraíso.

Después de dos horas de lectura, levantaría la mirada del libro coincidiendo con la entrada en el pueblo de los "raros" y se prepararía para pulsar el timbre de stop tres paradas más allá. Subiría por la cuesta de la calle Molinera y giraría en la del Camino de la Poza para desembocar en la del Valle respirando hondo el aire puro de la sierra. Por el camino, cuesta arriba y Peñota al fondo, aspiraría el olor de los setos de cedro y se fijaría en como ha cambiado desde la última vez el follaje que rodea el poste de madera del viejo tendido eléctrico. Abriría la puerta de su hogar, dulce hogar, y después sus persianas, ventanas y contraventanas y tras comprobar el vacío de la nevera se daría un paseíto hasta el super más cercano para comprar cualquier cosa que cenar.

Volvería a casa sin prisas, calcularía si era necesario encender la chimenea, leería, estudiaría, pasearía o vaguearía, después vería algo en la tele y se metería en la cama. Quizás estuviera un poco angustiada por la proximidad de esas oposiciones cuyo estudio quedó aparcado por las asignaturas del grado, nada que unas cuantas respiraciones relajantes no lograran calmar.

Al día siguiente, abriría la ventana para ver amanecer y luego se volvería a meter otro ratito en la cama, un par de horas después se levantaría, desayunaría y se organizaría para subir al pueblo caminando y hacer una compra ya más completa. Lanzaría un par de WhatsApps insinuándose para un desayuno o un aperitivo, o cualquier actividad que incluyera un bar y una consumición, y se alegraría enormemente de encontrar respuesta. Encontraría un pueblo animadísimo, un día luminoso y muchas ganas de vivir el finde.

Pero claro, todo esto es hoy una distopía. ¿Creeis que hemos caído en alguna realidad paralela y que en otra dimensión todo sigue su curso?, espero que mi otro yo dimensional esté aprovechando bien su tiempo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Todo esto estará después de este viaje a lo desconocido pero nosotros no seremos los mismos.
Sigue disfrutando...
Sat Nam