Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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miércoles, 6 de noviembre de 2013

Adolescentes


Estos días, por motivos académicos y por azares del entorno, los adolescentes se han convertido en uno de los temas que ocupan mi atención. La reflexión se me hizo más presente tras ver un capítulo de redes dedicado a ellos.

La idea es la siguiente, resulta paradójico que a los adultos se nos pongan los pelos de punta cuando hablamos de los adolescentes. Mis amigos con hijos miran con preocupación hacia el momento en que sus niños empezarán a convertirse en seres extrañísimos que harán cosas incomprensibles y con los que será difícil comunicarse. ¡Verás cuando sean adolescentes!, es una frase horrible que desde hoy espero desterrar de mi vocabulario para siempre. Es como si la adolescencia fuera algo negativo que esperamos pase cuanto antes para asegurarnos que han sobrevivido al naufragio.

Botellón, drogas, sexo, irreflexión, torpeza, edad del pavo, rebeldía, mutismo... y un millón de preocupaciones que se nos suben a la cabeza cuando hablamos de ellos. Por eso me gustó el enfoque de Redes, desde el principio se deja claro que la adolescencia es un periodo clave en nuestras vidas, exclusivo de nuestra especia, la adolescencia es precisamente lo que nos hace humanos.

No es raro que los adultos veamos el "infierno" adolescente, todos recordamos situaciones y reacciones absurdas en nuestra propia experiencia adolescente, quizás fuimos: demasiado tímidos, demasiado impulsivos, demasiado inadecuados, demasiado cualquier cosa en algún momento. Pero aprendimos de ello, lo superamos, nos hicimos... y además también fuimos entusiastas, alegres, solidarios a tope, responsables cuando hizo falta, creativos, leales, valientes, luchadores, idealistas...

Pienso que esa preocupación en torno a los adolescentes es sobre todo fruto de nuestro miedo de no estar a la altura de lo que necesitan de nosotros. Nos gustaría poder ayudarles a que aprendieran a gestionarse de una manera mejor de como lo hicimos nosotros. Generaciones que nos vimos lanzados al vacío sin ayuda de una educación emocional eficaz  y que aún seguimos buscando "el libro de instrucciones" de nosotros mismos.

Desde luego hay herramientas para ayudarles, el problema es saber si son las adecuadas, bueno, pues nos toca currar o, mejor, jugar. Mi propuesta es la siguiente, juguemos a entenderles, disfrutemos de ese lindo proceso que están viviendo los adolescentes que nos rodean, intentemos acceder a ellos, sin invadirles, claro, respetemos su autonomía y su valor como personas. Aprendamos de ellos.

Y como dato genial os diré que nuestros chicos, de momento y hasta que los estudiosos hagan otra subdivisión, entran en lo que se ha decidido denominar Generación Einstein. Ésta incluye a todos los nacidos de 1988 en adelante, son los nativos digitales y poseen un nuevo esquema de pensamiento, son dueños del pensamiento digital (otro tema apasionante). Pues bien, según Jeroen Boschma, autor del libro Generación de Einstein: inteligentes, sociales y superfast, son, además de más rápidos, más listos y más sociales, la primera generación tras la 2ª guerra mundial que se identifica con valores positivos: sociabilidad, cooperación, inteligencia e implicación, entre otros.

Así que, respetémosles, hablemos bien de ellos, acerquémonos, aprendamos y disfrutemos de ellos. Como termina diciendo el capítulo de redes: "Adolescentes, os necesitamos", lindo ¿no?

Y no olviden que la que les habla lo hace desde su visión de mirona de a pie.

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