Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

martes, 26 de noviembre de 2013

Cuatro años y tres días


No, no es una condena, es que se me pasó la fecha. Entre tanta celebración y tanto cariño se nos fue el santo al cielo. Desde la inconsciencia de no tener consciencia del día que era, nuestro travieso cosmos facilitador nos volvió a trasladar a la costa cantábrica para tan magna celebración.

Qué casualidad tan linda. Si os acordáis, hace cuatro años, la ciudad de Gijón nos arropaba en nuestro traslado al balcón. La playa de San Lorenzo se asomaba a nuestras primeras imágenes y Mel y yo echamos a andar solas.

El sábado pasado fue Bilbao la que nos abría sus puertas y otra ursu de pro la que nos mostraba desde sus miradores las mejores vistas de la ría.

No es gran foto, me ocupé más del pincho que de la cámara

Qué mejor celebración que pasar ese día con ritmo colegial y algunas de mis iniciales más queridas: G., C., E., A. y F., entre pincho y pincho, y más pincho y más pincho... sí, es cierto, nos excedimos con el pincho, pero la ocasión lo merecía y para que quede constancia de este cuarto aniversario del balcón, aunque sea tarde, no me queda nada más que decir: ¡Felicidades! y, por supuesto, ¡Gracias! a los que nos seguís, a los que aterrizáis por aquí de vez en cuando e incluso a ti que te estás preguntando de que va esto.

¡Y vamos a por el quinto!

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