Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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martes, 15 de mayo de 2012

15-M


Porque todavía sigo esperando una doble página en los periódicos de tirada nacional en los que se especifique los recortes en: coches oficiales, complementos, privilegios y prebendas de los altos, y no tan altos, cargos de las diferentes adminitraciones públicas.

Porque, como leí en un periódico el otro día, la brecha salarial se acrecienta día a día, a pesar de la crisis.

Porque, a pesar de la crisis y aunque sé que suena a chifladura, sigo creyendo que es necesaria la subida del salario mínimo interprofesional.

Porque creo en una política de abaratamiento del trabajador para el empresario, pero basada en rebaja de los seguros sociales, etc, no en la merma salarial del primero.

Porque aún me pregunto si un prejubilado renuncia a su prejubilación cuando encuentra otro trabajo. Porque aún me pregunto como alguien puede dimitir y recibir una indemnización millonaria. Porque después de estos interrogantes parece, más que chiste, tomadura de pelo, la inyección de dinero público en una entidad bancaria.

Porque me espeluzna que la definición que circula sobre la situación actual sea: "socialización de la deuda y capitalización de los beneficios".

Porque es alucinante oir historias rocambolescas sobre despilfarros (aeropuertos, puentes, infraestructuras varias...) y desvíos (magia potagia, nada por aquí, nada por allá, nada, nada...) de dinero y no escuchar ninguna sobre penas, multas o responsabilidades acordes al desmán cometido...

Porque las cifras globales son tibias, apersonales, neutras, pero si sobre ellas pudiesemos ir aplicando una lente de aumento, veríamos los dramas personales que encierran.


Porque cuatro euros de más en un abono transporte tampoco es nada, para muchos, pero es una fortuna para otros tantos.


Porque cuando escucho en la televisión noticias sobre comedores sociales se me saltan las lágrimas.

Porque después de leer el periódico, o ver la televisión, hay que ponerse las gafas de gran distancia y olvidarse un poquito de la "actualidad" para seguir cantando al lado positivo de la vida.

Por todo eso y por mucho más, por encima de facciones, dimes y diretes, creo en la fuerza del ciudadano que sale a la calle y expresa su descontento.

Feliz aniversario del 15-M, con permiso -y apoyo, estoy segura- de San Isidro Labrador.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No pude ir, un aterrizaje forzoso me impidió mantener el tipo y acercarme a tan cívico evento. No me cayó un rayo, más bien la tierra se abrió bajo mis patines, todavía queda mi silueta de tiza en la calle Sagasta. No era mala idea, atravesar Madrid a la velocidad del viento y plantarme en Sol para entonar el "no nos representan", otra vez será, ¡larga vida a la protesta ciudadana!