Así que montada en mi karma buenrollero me presenté anoche con amiga Maruchi en el Café Central, animadas por elementos externos para disfrutar de una sesión de Jazz. Os confieso que el Jazz es otra de esas materias en la que soy una auténtica ignorante (así que no esperéis una gran crónica, que yo en siete líneas me despacho y sin ningún vocabulario musical, además). Y sigo confesando, siempre pensé que a mí el Jazz me gusta para un ratito y que una sesión de dos horas se me haría eterna.
¡Qué equivocada estaba! Qué variedad de ritmos. Qué variedad de idiomas. Qué voz la de Cecilia Krull. Qué conjunto más "salado". Qué boleros Jazzeados más bonitos. Qué saxofonista más guapo!!!!! Qué bonito el Café Central y qué íntimo. Y luego te vas y te despides de los músicos, adiós, adiós, ha sido genial, gracias, gracias, aquí estamos, toda la semana.
Y allí están toda la semana, así que si quieres inundarte de música acércate al Central, un poquito antes de las nueve para pillar sitio. Esta semana verás a Cecilia y su quinteto (incluyéndose ella) y luego más...
Y qué fotos más malas por cierto, con la ilusión que las hice yo para vosotros...
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