Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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jueves, 19 de agosto de 2010

Otra noche en Madrid

Ayer me marchaba yo a uno de mis solitarios paseos de verano madrileño, cuando se me aparecieron en la puerta un hermano y una cuñada. Así que me apunté a su plan. Nos montamos en un bus color azul y no nos apeamos hasta plantarnos en la mismísima Puerta del Sol. Caminamos por la siempre atestada calle Mayor y nos colamos en el Mercado de San Miguel.
Me apunté a su entusiasmo de guiris en la capital de España y nos tomamos unos pinchitos regados con tinto de Galicia, elegidos por un experto.
Hablamos de vino y de la vida. Nos dejamos llevar por las sensaciones de ese lugar lleno de olores, de colores, de sonidos, de conversaciones y de gente llegada de todas las partes del mundo. Qué moderno, qué limpio, qué madrileño y qué bonito han dejado el Mercado. Qué buena organización la de sus anfitriones.
Otro lugar para perderse en el Centro. ¡Cómo me gusta Madrid!

Mi fallo, no haberos traído una foto. La próxima vez.

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