Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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jueves, 26 de noviembre de 2009

La sirena, un paseo en bici y un poco de cocina



Me dicen que llueve en Madrid. Aquí ha vuelto el sol. A lo largo de la mañana y mis paseos he visto un buen número de gente probando las olas del Cantábrico, me dan envidia y me digo que yo también debería intentar un baño otoñal, pero desoyendo el viejo refrán lo dejaré para mañana.

Salgo de casa y encuentro de nuevo el grupo de curiosos mirando a la bañista del otro día, efectivamente lleva poca ropa encima. No sé si es su persona en topless o que también su público piensa que deberían intentar el baño otoñal, el caso es que despierta expectación. Yo la he bautizado como la sirena de Gijón.

Sigo mi camino y a la altura de la escalera 11 me desvío. Voy a hacer uso de una de las bicicletas que el Ayuntamiento pone a disposición de sus ciudadanos. Tras pelearme con la máquina agarro mi vehículo y tiro millas, por el carril bici. Espero que cuando Madrid deje de ser Zanjas City -expresión paterna- nuestro Ayuntamiento se apunte a este sistema de préstamo de bicicletas tan cómodo, carriles bici incluidos.

Repito el mismo camino que el otro día, por el muro y más allá. Voy y vuelvo, los bañistas se han multiplicado. Devuelvo la bici, hago unas cuantas compras y regreso a casa, a sacar mi lado más Arguiñano, no, no me he convertido en la mujer barbuda, simplemente cocino, pulpo con patatinas. ¿Alguien se apunta?

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