Por encima de ella una zarza extendía sus ramas.
Ramas cargadas de moras rojas... y negras.
Volvimos a casa, cogimos una taza y nos dedicamos a llenarla.
¿Hay alguna imagen más clara de que el verano llega a su fin?
Hay días de luminoso sol y otros en que no para de llover. A ratos me distraigo mirando la primera mosca que pasa y otras veces la actividad es tan frenética que no sé hacia donde mirar primero.
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