Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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jueves, 18 de febrero de 2010

Década superada


Que no es poco. Y es que llegó de nuevo hora de hacer balance, algo que se repite cuando se acercan fechas señaladas. Sí, Maru y yo damos los últimos coletazos de la treintena (celebrar el cumpleaños el mismo día es algo que nos une mucho).
Tal vez un observador externo y objetivo -¿como se puede ser objetivo sin tener los datos suficientes para ser subjetivo?- no encontraría grandes logros que celebrar. Pero yo me doy un notable alto (y eso sólo por la cosa de decir que siempre se puede mejorar) por varios motivos:
1.- No caeré en la crisis de los 40. No, mi crisis de los 30 fue lo suficientemente intensa para dejarme vacunada contra experiencias de ese tipo. Me hizo más fuerte.
2.- Me conozco, pero no dejo de sorprenderme, retarme y superarme. Y eso es bueno, muy bueno. Me hago más sabia.
3.- Sí, tengo grandes logros. Los más grandes tienen nombre y apellido y son un montón de gente estupenda de la que he sabido rodearme, de los que disfruto y que, ahí está la clave, disfrutan conmigo. Me hacen mejor.
4.- He aprendido a dar gracias por todo lo que tengo, que no es poco, y a recibir con alegría y los brazos extendidos todo lo que llega. Me prolonga.
5.- Después de todo pienso que, con mayor o menor acierto, siempre he hecho lo que me ha venido en gana. Mis decisiones son mías. Me hacen libre.
6.- A todo balance le sigue un propósito, una expectativa, un sentimiento de continuidad. El mío está claro: voy a seguir disfrutando de esto, me gusta. Me hace esperar cosas buenas.

Lo reconozco, me gusto, me gusto mucho. No es que sea buena, es que estoy buenísima.

1 comentario:

Mr Starman dijo...

Gustate, porque nos gustas.
Eres buena, mas que muchos de nosotros/as.
Y sigues estando buena, como algunos vinos