Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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martes, 17 de septiembre de 2013

El arte de ir creciendo


Hoy he pasado gran parte de mi día dándole un repaso general a la historia del arte, desde Grecia y Roma hasta el romanticismo. He pasado por épocas ya conocidas para afianzar un poquito más mis conocimientos, que son generales pero bastante bien ordenados, da gusto confirmar eso.

A medida que avanzaba me maravillaba de los pasos que hemos ido dando, unas veces para delante y otras para detrás, hacia la extensión de la cultura y el bienestar. Pasos lentos, eso sí, nos cuesta siglos cambiar las cosas. Pero se cambian en pequeños detalles, que son revoluciones. Pasar del simbolismo románico al afán divulgador del gótico es abrir las puertas secretas del conocimiento a un número más grande de personas. Alejarse del oscurantismo religioso para exaltar la obra del creador, la naturaleza, el milagro de la vida humana, es evolucionar a mejor. Ver como los artesanos se convierten en burguesía es ver como el aforo se aumenta poco a poco. Podemos hacerlo, cuando nos lo proponemos somos grandes.

Eso sí, nos queda mucho. Ayer miles de subsaharianos se precipitaron en masa a escalar la valla metálica de la frontera de Ceuta, otros tantos se lanzaron al océano en pequeñas embarcaciones, algunos optaron por terminar la hazaña a nado para alcanzar la costa española. Se puede ver desde diversos ángulos ¿qué hacer con esa gente que llega? Yo prefiero imaginarme la triste travesía de esa persona, individual, sola, que atraviesa medio África, dejando atrás su lugar conocido, su familia, su hermosa tierra devastada por el hambre y el expolio.

¿Cuantos siglos necesitaremos para acabar con el hambre de los niños, el sufrimiento de las familias sin recursos, la injusticia, la desigualdad, las guerras motivadas por intereses económicos o por erróneas creencias de lo que debe ser la religión, etc, etc, etc...? Muchos seguramente, pero yo confío que algún día encontraremos la fórmula, poco a poco y granito a granito. Confío, porque cuando nos lo proponemos, somos grandes. Hoy acabo el día dando gracias al Cosmos por la capacidad humana de crear y porque esa creatividad, a pesar de todo, es siempre más fuerte que nuestro afán destructivo. Que ustedes creen muchas cosas buenas.

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