Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

lunes, 19 de agosto de 2013

Como una nube


Entre talleres, lecturas, azul cielo y verde monte, subidas al pueblo y paseos por el asfalto, brujuleos por la red y búsqueda de trabajo para el próximo curso escolar, se me va pasando este agosto, suave, un poco interiorista y sin incursiones playeras.

Un poquito de calma, que nunca viene mal. Los días se me pasan, viviendo el presente, el momento, las sensaciones, mi blog sigue parado en el día cinco y no me asaltan ideas geniales que convertir en entradas.

Digamos que estoy mirando nubes. Han hecho su aparición desde hace unos días. Son pequeñas, blandas, esponjosas, como de algodón. A última hora de la tarde, en la piscina, cuando el sol ha dejado de estar en lo alto me tumbo boca arriba, elijo una de las más pequeñas y sigo sus formas cambiantes. Pienso que sería genial tener un mayor dominio del dibujo rápido, saldrían unas ilustraciones alucinantes. Formas animales, monstruosas, clásicas... la pequeña nube se transforma, hasta desvanecerse.

En esa mutación perpetua nos parecemos las nubes y los seres humanos, somos el mismo pero diferente a cada minuto. Tenemos momentos expansivos y otros más íntimos, pero todos apasionantes y dignos de atención. Así que eso, disfrutad de este agosto, tan agosto, luminoso y caluroso y aprovechad cada uno de esos pequeños momentos, únicos, cambiantes, irrepetibles.

Mi momento ahora es bastante balsámico, más de balsa que discurre tranquila por aguas del océano que de bálsamo. O quizás también lo segundo. De vez en cuando viene bien una temporada mimándose a una misma.

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