Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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jueves, 12 de enero de 2012

Dos lecturas y una peli


Mientras leía El Salvaje de Antoni Garcia Llorca -otro regalo de mi amiga M., periodista de las de verdad y nómina, este año me he portado tan bien que me han llovido regalos inesperados por todas partes- me decía que no me hubiese importado escribir ese libro (es cierto que mi final no hubiese sido así, tampoco sé cual habría sido). El Salvaje, ya os digo, cayó en mis manos por casualidad, gracias a una cena a la que acudí con el corazón abierto, y qué bien lo pasamos. Para los que no lo sabéis es el Premio Gran Angular de 2009 y desde mi ignorancia os digo que es un libro que me ha recordado, en cierto modo, a los relatos "pastoriles" de Delibes. Una prosa sencilla y directa, mezclada eso sí con mucha imaginación y mitología. Digamos que es el libro con el que despedí el año.

Y lo abrí devorando, literalmente, "Maldito Karma" de David Safier. Un regalo de Reyes -de los Magos de verdad- que me duró día y medio. Rápida, ágil, divertida, enganchante, muy enganchante. O a lo mejor soy yo, que me entrego tanto últimamente a la búsqueda espiritual y al ensayo que hacía tiempo que no me abandonada a la "comedia ligera". Porque eso es lo que es, una comedia trepidante donde la protagonista vive varias vidas con la intención de enmendar -y de algún modo recuperar- la primera de ellas. ¿Lo conseguirá? La verdad es que lo tiene crudo. Os lo recomiendo, ideal para regalar y luego pedir prestado.

Y la peli de la que quería hablaros es "Sherlock Holmes 2, juego de sombras". La verdad es que aún me cuestiono si me ha gustado o no. Sí, me gustó su originalidad. Los "flashback" explicativos, con la agudeza sensorial de Sherlock, el equipo perfecto formado por él y Watson, el ritmo trepidante y las modernas luchas por ordenador. Digamos, la típica película "cómic" que suele ser de mi agrado. Sin embargo... Me chirría ese desaliño en Sherlock, ese toque humorístico que desvirtúa el carácter de auténtico "pedorro pijotero" que -no sé si por culpa de los viejos "filmes"- se había forjado en mi mente. Cuando pienso en Sherlock pienso en una pipa cuidadosamente depositada en una mesita redonda con florero y bandeja preparada para servir el té, y un Holmes limpito y aliñado haciendo conjeturas con una taza en la mano y frente a él, un Watson de vida mucho más monótona... Creo que tendré que leerme alguna novela de Doyle para formarme mi propia imagen del héroe. (He de reconoceros que también me duele ver tan "mayorcito" y depauperado a Robert Downey Jr.; una pena, pero ya no es tan Jr.)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sepas que si tú no escribes yo no leo así que ponte a ello y no me toques los clavecines, corazón. Deja que un día te cuente la historia de los clavecines de oro que tiene mucha mucha gracia. Oiga señora, ya has ido a ver a Vargas Llosa?, casi no queda tiempo. Reúnete conmigo en mi tejado y lo organizamos.