Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

martes, 29 de junio de 2010

Como una niña, con zapatos nuevos

Cuando Mina me dijo que iba a comenzar a emular a Shirley Temple no me lo pensé dos veces. Me voy contigo. Y allá aterrizamos, en nuestra Frikiclase, totalmente integradas, no podía ser menos.
En estos dos meses he ido sorteando las clases, moviendo mis peanillas más mal que bien, aunque cada vez un poquito mejor. Cada día soy más consciente del poco dominio de mi cuerpo y la cantidad de movimientos inexplorados que todavía me quedan por descubrir.
Me divierto. Aunque he de confesar que hace tres semanas, casi con lágrimas en los ojos estuve a punto de tirar la toalla. "Una cuarentañera no se rinde, me dije y me repetí hasta el infinito". Así que me di una segunda oportunidad. Y volví a divertirme.
Pero todavía me faltaba algo. Y ayer me fui a por ellos. No son especialmente bonitos. Pero suenan, me agarran el pie y tienen ganas de bailar, como yo. Ha terminado el desfile de zapatos improvisados para sobrellevar la hora y media larga que dura la clase. No es lo mismo: mis sandalias reciclaje pesan, las zapatillas de deporte se pegan al suelo como lapas y las manoletinas se me escapan.
Mis nuevos zapatos tienen alma. Lo he notado. Sigo corriendo tras los pasos, para atraparlos, pero lo hago de una manera más viva. Hoy he vuelto a mi infancia. Maru tacones vuelve a recorrer, a golpe de zapatazos los pasillos de casa, improvisa un batiburrillo de saltitos sonoros y se siente por un momento protagonista de un musical de los cincuenta. Ya te digo, como una niña, gracias a mis zapatos nuevos.
¿A que son monos?

1 comentario:

Anónimo dijo...

chulisimos.C