Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

miércoles, 18 de marzo de 2020

En casa

Qué os voy a contar que no sepáis ya. Poco tengo que aportar a todo lo que se ha dicho, se dice en estos mismos momentos y se seguirá diciendo durante estos días; pero ausente de ninguna responsabilidad y sabiendo que mi audiencia será mínima, os diré que cojo el teclado por egoísmo puro, porque me relaja y porque me apetece.

Imagino que como os pasará a muchos de vosostros, en la rutina diaria que nos estamos marcando estaréis innovando, recuperando o improvisando. Desde luego es el momento ideal para tachar puntos de la eterna lista de propósitos nunca cumplidos.

Mi sempiterno mañana retomo el yoga se ha hecho realidad, necesito energía y alegría desde primera hora de la mañana; así que salto de la cama a la esterilla, unas veces con más pereza que otras, pero siempre con buenos resultados.

También he recuperado la música, obsesa del estudio en mis últimos tiempos e incapaz de estudiar y escuchar música a la vez, soy más dada a agradecer un entorno de silencio que uno musical. Ahora necesito música, también a primera hora de la mañana y a alguna de la tarde. Bailo yo sola, con los ojos cerrados o abiertos, sin hacer nada más o mientras me doy a las "labores del hogar" o a cualquier otra tarea.

Estudio, siempre menos de lo que quisiera y qué poquito que me cunde me digo; pero es que sufro de ansiedad de conocimiento y mientras leo algo me gustaría tener ya toda esa información almacenada, ordenada e interiorizada en mi materia gris para pasar a otra cosa. Bueno, sufro de ansiedad de conocimiento y de mente dispersa y volátil, para ser sincera.

Necesito oir una voz amiga, al menos una o dos veces al día, así que he vuelto a las llamadas de voz. Reconozco que sigo enganchada al Whatsapp, aunque ya no leo todo: de las noticias alarmistas y bulos varios paso; de los memes sigo viendo la mayoría y riéndome bastante, la gente es la caña, aunque dadas las diferentes versiones del mismo chiste me da a mí que hay mucho plagio circulando; y sí, yo también renvio alguno de vez en cuando.

Y pienso, pienso que sí, que los que estamos encerrados en casa y en compañía, tenemos que agradecer pasar estos días con alguien que sin duda es importante en nuestra vida, sean familiares, pareja o compañeros de piso, que a estos de una forma u otra los habréis elegido por algún motivo.

Pero a ratos no puedo dejar de pensar, ya me lo dice mi C. que soy una romántica empedernida, que tenéis verdadera suerte los que compartis estos días con esa persona especial a la que un día le dijisteis te quiero, quiero cuidarte y quiero que me quieras y quiero que me cuides y que os respondió ¡venga, yo quiero eso mismo!, es chulo, cuidadla, cuidaos; o con esos enanos que a ratos os enloquecen pero que en el fondo os alegran el día, mi imagen de la semana es el vídeo musical, de difusión estrictamente familiar, que han grabado en casa de mi hermana, ella y su hijo a la guitarra, mi sobrina al cajón y mi cuñado al micro.

También sé que algunos no podéis estar ahora con esa persona, porque os ha pillado la cosa en otra ciudad o en otro país: paciencia, y cuidaos, el reencuentro será impresionante. Y los que estéis solos, cuidaos también, dicen que siempre hay un roto para un descosido; alguien, con o sin coronavirus rondándole en estos momentos, se puede cruzar en vuestro camino cualquier día, cuando podamos bajar a la calle, claro; o igual no se tiene que cruzar nadie, que ni falta que hace. Lo que sea, que os cuidéis y que riaís o lo intentéis, al menos un ratito cada día.

En fin, que al coronavirus buena cara, que a saber dónde estaremos en unos meses, solo tenéis que pensar lo que estabais haciendo el año pasado y lo que hacéis ahora; la vida, ya lo decía Forrest, es una caja de bombones y a saber cual es el sabor del siguiente... esperemos que de licor o caramelo.

No hay comentarios: