Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

miércoles, 25 de marzo de 2020

De cognomen y enlaces mentales


Os dije que hoy cambiaría de tema y os hablaría de los nombres romanos, una de esas cositas curiosas que van apareciendo a medida que estudias, o intentas estudiar. Igual la gran mayoría lo sabéis, pero a mí me hizo mucha gracia descubrir (o recordar, vaya usted a saber) que los nombres romanos se componían de tres partes: el PRAENOMEN, lo que nosotros llamamos nombre y los franceses prénom (mira tú de dónde viene); el NOMEN GENTILE, que procede del linaje, de la familia (nuestros apellidos de hoy); y un tercer elemento llamado COGNOMEN, que es lo que nosotros llamaríamos mote. Es genial, mola esto del no te acostarás... 

Así, NASO quiere decir narizotas; VARRO es palurdo; SENECA, viejo; FLACCUS, flacucho; y un ejemplo que me encanta del libro en el que lo leo (Las lenguas románicas de J.M. Fradejas) es CAIUS SUETONIUS TRANQUILLUS SILENTIUS, mote por partida doble: tranquilo y silencioso. (Muy Asterix, ¿verdad?; por cierto, gracias, Uderzo)

Y de ahí enlazo con nuestros pueblos, donde todavía se mantiene viva esa costumbre milenaria de motear a los convecinos, motes que perviven y se pasan muchas veces de padres a hijos. Y sigo enlazando, esta vez con mi pueblo de adopción.

Te echo de menos, echo de menos tus montañas y tus caminos. Mi balcón hacia los siete picos, mis paseos hasta el pueblo, un desayuno en El colonial o un vino en La venta vieja. Tu aire puro, el vientecillo fresco y la luz de los días luminosos; o la lluvia, a modo chirimiri o a todo meter. Mi chimenea. El orgullo de veraneantonta que ama tus rincones, conoce las caras de sus habitantes y esos motes que resuenan, pero que es incapaz de relacionar correctamente, lo mismo que los parentescos inmensos con los cuales te intentan explicar quién es una persona concreta, "pero si la has visto mil veces y sabes quién es", "pues seguro, pero no caigo". No es desinterés, es sensación de libertad, de independencia, de abandono de fardos.

Volveré pronto a pisar tus caminos, en cuanto se pueda, volveremos para soltar y sonreír, tras estos días extraños en que seguimos sonriendo sobre un poso de tristeza. Nos volvernos a juntar y lloraremos y reiremos y seguiremos caminando.

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