Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

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jueves, 29 de enero de 2015

Las noticas que no son noticia.


Hace un ratito, mi amiga C.H. compartía este enlace en FB y añadía este comentario: "Eso mismo me pregunto yo. Y me pregunto cómo es posible que los votantes del PP al Ayuntamiento no hiervan de ira con estas cosas..." Los votantes y los no votantes, añado yo. Y respondo: porque la gente no se entera.

Porque esas noticias no tienen repercusión en los medios. No es que no se publiquen, es que no se les da el bombo y platillo que deberían tener, aparecen discretamente publicados un día aislado y, desde luego, en televisión no aparecen. Esa venta a fondos buitres se produjo hace ya meses, muchos meses. Yo lo leí, por casualidad, no sé si en algún periódico impreso, aunque lo más seguro es que la noticia me llegase, como hoy, a través de las redes sociales. A través de algún particular, que como hoy ha hecho C., comparten la columna de algún periodista sin pelos en la lengua o la noticia escondida en algún rincón de los periódicos digitales.

Comenté eso en su momento; una de las personas que escuchaba vive en un barrio de viviendas sociales y me confirmó la historia. Desde entonces, de vez en cuando, recuerdo el tema y lo saco en alguna conversación. La gente con la que hablo se queda alucinada, porque no habían oído hablar de esa venta ladina. Esas casas han sido vendidas por lo bajini, sin contar con los inquilinos y haciendo caso omiso de cualquier opción de compra que los contratos originales pudieran tener. El caso está en los tribunales, pero de ahí a que se solucione, si se soluciona, ¿cuantos vecinos se verán afectados y cuantos cargos lucrados seguirán beneficiándose de la impunidad de sus empleos oficiales?

Noticias como esa hay miles. No sé por qué no interesan, aunque sospecho que lo que hay es interés de que no trasciendan. O a lo mejor es que la multitud de injusticias parecidas es tan grande que no somos capaces de procesarlas todas o grabarlas en nuestra memoria. De pedir responsabilidades ya no hablo. Lo único que podemos hacer es compartir y compartir esos pequeños flashes de realidad y, al menos, ser conscientes de lo que se cuece en los despachos de urbanismo de nuestras ciudades: en Madrid, por ejemplo, el proyecto Mahou-Calderón o la operación campamento, esa sí salió ayer en la tele con un toquecito optimista pelín Eurovegas. En todo hay pros y contras, claro. De las marquesinas, naturalmente, no hablo; aunque sigo reclamando más transparencia en estos asuntos y alguna forma de encuesta ciudadana para saber la opinión de los verdaderos poseedores de la ciudad, sus habitantes.

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