Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

martes, 11 de diciembre de 2012

Intercambios



Estoy aquí sentada, con la casa patas arriba, el cuerpo molido y rodeada de trastos. Cada vez menos trastos. Durante estos días he repartido un montón de enseres, de diferente tipo, la mayoría antiguos, pero todavía resistentes y con una larga vida por delante. Igual que estas habitaciones lo harán en un par de días, un montón de objetos han cambiado de manos durante la última semana y empezarán una nueva vida.

Me gusta. Siento que la energía fluye. Hace unos días apareció H. y llenamos una furgoneta de mercancía para su tienda de segunda mano. Hoy mi chapuzas preferido, con su blanca y seductora sonrisa, después de reparar unas cosillas, ha salido por esta puerta con los ingenios que durante mucho tiempo me han ayudado a preparar mis desayunos.

Un poco más tarde he bajado a la calle, con una bolsa llena de papel para reciclar y la idea de pasarme por le supermercado más cercano y pedirles unas cuantas cajas para seguir metiendo trastos. No me ha hecho falta, en el contendor, a la altura de mis manos, me esperaban seis o siete cajas completamente nuevas y perfectamente apiladas. Y entonces he vuelto a recordar lo evidente.

La energía sigue fluyendo, se transforma, cuando das el cosmos te devuelve. En cada uno de esos objetos, en cada trocito de este suelo, hay un pedacito de sonrisa, una dosis de cariño, la ilusión de que esas cosas que un día fueron mías le den un pelín de alegría, como poco que le hagan un apaño, a otra persona. Puede parecer simple, pero tiene mucho sentido. Es como lanzarle un mensaje al viento.

1 comentario:

Edu dijo...

Bueno, ahora tienes oportunidad de empezar "otra vida" y encima sin cargas... ohmmmmmm