Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

Y es que, todo depende del balcón desde el que miras

martes, 20 de julio de 2010

Una de lectura

Hace ya un par de meses de la Feria del Libro, pero aún no he contado nada sobre mis adquisiciones de aquella tarde de Feria, que comenzó ideal por la poca gente y terminó con una ducha literal sobre nuestras cabezas. Tormenta que se venía anunciando, de ahí la poca afluencia de visitantes. Me agencié tres libros de bolsillo que ya cayeron, uno tras otro y en el siguiente orden:
"El ángel más tonto del mundo" (Christofer Moore), una novela friki, surrealista, con un toquecillo gore. Un aperitivo bastante divertido para desconectar. Te lo puedes llevar a la playa.
"Tokio blues" (Haruki Maramaki, que por lo que se ve en las librerías, debe ser uno de los autores de moda). Por recomendación de R, y sucesivamente recomendable. Como soy así de ignorante, cada vez que leo un autor asiático me maravillo de lo cercanas que son sus historias, al tiempo que tienen todo el atractivo de estar conociendo otros lugares. La vida de algunos de los personajes para llorar. Y mi preferida Midori, con sus conversaciones -repetiré la palabra- surrealistas y encantadoras. Por cierto, escrito de maravilla (vía traducción, siempre, claro).
"Los ojos amarillos de los cocodrilos" (Katherine Pancol), también de rabiosa actualidad. Pero en francés, o sea, "Les Yeux jaunes des crocodiles", por lo que estoy segura me he perdido muchos matices. Todavía me pregunto si es un libro "serio" o tiene un toque de novela bridgetjonesiana (y por supuesto que nadie se crea que esto es despectivo, me confieso totalmente enganchada al mundo de Marian Keyes, lo mejor para desconectar, llevar a la playa -ya tengo en mente comprarme uno antes de partir- y engancharte a una historia). A tanto discernimiento bilingüe no llego, pero la historia engancha, aunque el final me dejó con cierto regusto de resentimiento encubierto -todos los "malos" tienen su merecido-, en fin, cosas mías.
Y desde entonces, yo que sé. Se me vino a la vista en una librería el "Mal de escuela" de Pennac, esta vez en español y me metí en sus reflexiones sobre el "zoquete" en el colegio, siempre con la cabeza puesta en mi "zoquete" más cercano. Desempolvé "El mundo de Sofía" y lo tengo cerquita de la cama, aunque ha llegado Huckleberry y me he enganchado a Mark Twain y su Mississippi, una gozada.
Vamos, un de todo un poco. Es que estoy en fase "enganchona" y hay que aprovechar.
Así que ya sabéis, alguno de estos o cualquier otro, pero leed, leed, malditos. (Y si está bien, me lo pasáis).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay una librería fracesa en la calle Jorge Juan, ¿vamos antes de que te pires a la comuna?.C