Panphila de Atenas, siglo V. a. C, hetaira, maestra inspiropatética amadísima por sus discípulas, admirada por sus discípulos e inventora del columpio.
Encaramada en este ingenio de sencillo funcionamiento biomecánico, Panphila filosofaba, en soledad o compartiendo sus pensamientos con sus alumnas. Algunas de sus grandes teorías surgieron en altura creciente y cristalizaron al tiempo que su persona efectuaba perfecto looping columpístico.
Dicen que en esta posición esbozó su prestigiosa Teoría del mínimo y que, tras aterrizar de un salto que la depositó perfectamente erguida en el centro del corro formado por sus alumnas, articuló un simple: "¡Equilicuá!" Así era ella de modesta.
La teoría del mínimo es muy simple: "En toda relación hay un mínimo exigible para que sea recíproca y, por tanto, valiosa: la otra persona se preocupa sin darse cuenta y sin esfuerzo por tu felicidad, es decir, por que tú estés bien."
De lo que se deriva una concatenación de axiomas:
1.- Todo lo que supera el mínimo es un regalo, como tal es bienvenido.
2.- Todo lo que queda por debajo, es un absurdo, una Skatá (Σκατά), es decir, una merde (según google translator).
3.- Nadie quiere una Σκατά.
4.- No, imposible, no quieres a alguien que no cumple con la teoría del mínimo.
- ¿Ergo? Le pregunto a Mel que me acaba de dar una de sus maravillosas clases de historia postiza (está todo en wikifalsia, me dice, lo puedes comprobar).
- Ergo, caminemos.
Me encanta Mel, es tan peripatética.
CENA DE YAYOS Y PRETENDIDA MODERNIDAD
Hace 5 años